Ninguna dieta equilibrada está completa sin mariscos, que deben estar en la mesa con frecuencia para ayudar al cuerpo a obtener los aminoácidos, minerales y vitaminas que necesita. Los mejillones son mariscos maravillosos: son fáciles de digerir, tienen un mínimo de calorías y los platos de mejillones son abundantes y muy sabrosos.
Cómo elegir mejillones
Las tiendas venden con mayor frecuencia mejillones congelados. En este caso, debe prestar atención al grosor del hielo, ya que indica la frecuencia con la que se congelaron y descongelaron los mejillones. Debe haber hielo, pero la capa debe ser muy fina.
En los mejillones frescos, las conchas deben cerrarse muy bien y el olor solo debe evocar asociaciones agradables con el mar.
Si prefiere alimentos enlatados, la salmuera debe ser transparente y la carne de almeja debe ser elástica y presentable en apariencia.
Con que cocinar mejillones
Los mejillones maridan a la perfección con vino y zumo de limón, que se utilizan para hacer adobos, salsas y salsas. Lo mejor es utilizar sal marina, pero en pequeñas cantidades, ya que ya está disponible en los mariscos.
La adición más deliciosa a los mejillones es una salsa hecha con aceite de oliva, ajo, jugo de limón y hierbas.
Cómo cocinar mejillones
Estas almejas funcionan mejor cuando se cuecen al vapor. Puede usar no solo agua, sino también caldo de pollo o vino.
Si los mejillones son parte de los platos, deben agregarse unos minutos antes de que los demás ingredientes estén listos, ya que la carne de mejillón no necesita un tratamiento térmico prolongado.
Los mejillones combinan bien con carnes, pollo, arroz, verduras y quesos, pero es mejor consumirlos solos para obtener un sabor delicioso y una textura delicada.