La cazuela preparada de acuerdo con esta receta atraerá incluso a aquellos a quienes realmente no les gusta el calabacín, ya que prácticamente no se sienten en él. El papel principal en este plato lo juega el queso fundido, por lo que debes elegirlo con mucho cuidado.
Es necesario
- - calabacín joven - 700 g;
- - queso fundido - 200 g;
- - cebollas - 1 pieza;
- - hierbas mediterráneas secas - 1 cucharadita;
- - aceite vegetal refinado - 4 cucharadas. l;
- - huevos - 3 piezas.;
- - pimienta negra molida y sal al gusto.
Instrucciones
Paso 1
Lavar los calabacines, recortar los bordes y cortar en círculos finos. Corta el queso procesado en platos con un cuchillo afilado engrasado con aceite vegetal. Pelar y cortar las cebollas en mitades delgadas.
Paso 2
Coloque el calabacín en un tazón grande y hondo, agregue medios aros de cebolla y rodajas de queso procesado. Agrega sal, pimienta y una mezcla de hierbas mediterráneas. Vierta el aceite de girasol en un bol y mezcle todos los ingredientes suavemente. Es mejor hacer esto no con una cuchara, sino con las manos.
Paso 3
Transfiera el contenido del bol a una cacerola y colóquelo a fuego lento. Cubre la cacerola con una tapa y deja que el queso se derrita por completo, asegurándote de revolver regularmente.
Paso 4
Batir bien los huevos hasta que quede suave. Agregue la mezcla de huevo resultante a los calabacines, mezcle bien y coloque el contenido de la cacerola en una fuente para hornear.
Paso 5
Precalienta el horno a 180 grados y coloca el plato de calabacín en él. Hornee durante unos 50 minutos, hasta que se forme una bonita corteza dorada.
Paso 6
Enfriar la cazuela de calabacín preparada y desmoldar, colocándola en un plato plano. Sirve la cazuela, corta en porciones y decora con hierbas frescas.