El pollo picado es un producto ligero, nutritivo y, al mismo tiempo, completamente dietético. Si, por ejemplo, el cerdo es demasiado gordo para muchos o está prohibido por motivos religiosos, hay un lugar para la carne de pollo en cualquier mesa. Y la receta que aquí se presenta es tan sencilla que te sorprenderá el poco tiempo que lleva, pero su sabor seguramente hará las delicias de tu familia o invitados.
Chuletas de pollo con calabacín
Este plato es realmente un depósito de nutrientes, especialmente para aquellos que se preocupan por su peso a cualquier edad. El calabacín es un producto completamente vegetal que no se acumula en los lados.
El pollo es rico en proteínas, ácido linoleico, ácido fólico, fósforo, magnesio, sodio, potasio, calcio, zinc, selenio, cobre y otros elementos útiles, vitaminas A, B1 y B2, vitamina niacina, que regula el colesterol en el cuerpo, vitamina B6, tiamina, riboflavina, cianocobalamina, glutamina.
La glutamina tiene un efecto fortalecedor beneficioso sobre el sistema nervioso, mejora la inmunidad, fortalece y tonifica el cuerpo.
La carne de pollo se usa incluso en el tratamiento de enfermedades tan comunes como la gota, las úlceras de estómago, la diabetes, en la prevención de la aterosclerosis, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, ya que tiene un efecto beneficioso en las paredes de los vasos del corazón y el músculo cardíaco.
Para cocinar chuletas, necesitas:
- pollo picado, 500 gramos;
- calabacín maduro, 500 gramos;
- huevos crudos, 2 piezas;
- eneldo, cebolla, perejil, 50 gramos;
- sémola, harina o galletas saladas, 2 cucharadas. cucharas
- sal y pimienta.
Secuencia de cocción
Primero, ralla los calabacines, preferiblemente en un rallador grueso. Lavar las verduras, verter con cuidado en una licuadora y picar. Vierta los huevos en el pollo picado previamente preparado, agregue verduras y calabacín, pimienta y sal al gusto. Puede agregar algunas especias más de su elección.
Hay una especia tan maravillosa: la cúrcuma. Una pequeña pizca de este condimento amarillo brillante, que se agrega a la harina cuando se tuesta, le da un color dorado delicado y uniforme al plato y un ligero sabor a jengibre.
Mezcle todo bien, si es necesario, deberá agregar harina, galletas saladas o sémola, porque el calabacín exudará jugo y la consistencia puede resultar aguada.
Sumerja sus manos en agua, chuletas ciegas. Calentar una sartén y colocar con cuidado las chuletas en aceite vegetal hirviendo. Freír a fuego lento hasta obtener una fina y tierna corteza dorada. Las chuletas de pollo picadas están listas. Se pueden servir con puré de patatas o arroz hervido. Las chuletas son sorprendentemente suaves, jugosas, por lo que se pueden comer incluso frías, condimentadas con algún tipo de salsa. Y con una guarnición caliente, ¡este plato definitivamente no dejará indiferente a nadie!