El espárrago es un invitado raro en la cocina de una anfitriona común. Pero tenga la seguridad: al hacer una tarta con delicada crema de queso y suaves brotes de espárragos, encantará a los verdaderos conocedores de las artes culinarias. La mejor opción para este plato son los espárragos blancos.

Es necesario
- - 350 g de masa de mantequilla sin azúcar;
- - 1 manojo de espárragos;
- - 2 ardillas;
- - 3 yemas;
- - 250 g de mascarpone;
- - 125 g de parmesano;
- - pimienta negra;
- - sal.
Instrucciones
Paso 1
Extienda la masa descongelada sobre una superficie enharinada, colóquela con cuidado en forma redonda y presione uniformemente la capa en el fondo y los lados del recipiente. Picar la masa por toda la superficie con un tenedor, poner encima una hoja de papel de horno y espolvorear frijoles secos o bolitas especiales. Coloque la masa en el refrigerador durante 15 minutos.
Paso 2
Coloca el molde en un horno calentado a 190 grados y hornea el bizcocho a ciegas durante 15 minutos. Luego retira el papel con los frijoles (bolitas) y hornea la base por 5 minutos. Saca el bizcocho terminado del horno y baja la temperatura a 180 grados.
Paso 3
Enjuague los espárragos, corte todos los extremos duros y las partes estropeadas (si las hubiera). Sumerja los brotes en agua hirviendo y cocine por 3 minutos. Coloca los espárragos en un colador y enjuaga con agua fría.
Paso 4
En un bol batir las yemas con las claras, añadir el mascarpone y mezclar bien hasta que quede suave. Agregue la masa de huevo, el parmesano, la sal y la pimienta recién molida. Vierta la crema resultante en un molde con masa.
Paso 5
Repartir los brotes de espárragos hervidos sobre la nata y hornear la tarta durante 30-35 minutos: el relleno sube y la tarta adquiere una costra dorada. Sirva el plato terminado tibio o frío con una ensalada verde.