Curiosamente, muchas personas están acostumbradas a creer que cualquier sopa debe cocinarse a base de caldo, utilizando ingredientes cárnicos. Sin embargo, el caldo puede ser vegetal, de hongos, y se obtiene una rica sopa rica sin agregar componentes de origen animal.
La sopa magra es el primer plato que no contiene productos de origen animal. ¿Por qué "lean"? Porque es costumbre que los cristianos ortodoxos preparen este tipo de platos en Cuaresma, en los días de ayuno, es decir, todos los miércoles y viernes, así como a diario durante los largos periodos de Cuaresma durante todo el año. Sin embargo, el menú lean se está convirtiendo en una forma de vida permanente para un número cada vez mayor de seguidores del veganismo, lo que implica un rechazo total a comer y en la vida cotidiana de los productos animales o productos producidos no por la privación de la vida, sino también por la explotación de animales por humanos. En el entendimiento de personas alejadas de la nutrición ética, cocinar sopa magra se reduce a reemplazar el caldo de carne por agua. Las papas con fideos flotando en un líquido transparente e incoloro no solo parecen poco apetitosas, sino también muy repulsivas. De hecho, la sopa magra se puede preparar con caldo de champiñones o verduras. Hay muchas opciones de relleno: verduras, patatas, cereales en varias combinaciones. El uso de aceite vegetal, especias y hierbas, a veces harina o almidón, le permite obtener magníficos primeros platos en apariencia y sabor. Hay tantas recetas de sopas magras que es posible que la misma sopa no se repita en el menú durante meses.
Además de aquellas personas cuyo estilo de vida implica el rechazo constante o periódico de los productos animales, los primeros platos veganos o magros serán de utilidad para todo aquel que padezca diversos trastornos en el sistema endocrino del cuerpo: obesidad, diabetes, dermatitis atópica, etc. Además, todo aquel que cuide su figura y todo aquel que quiera una alimentación sana, sabrosa y saludable.
Las sopas vegetarianas (magras) se pueden cocinar en la estufa o en el horno. Al mismo tiempo, cocinar sopa en el horno es mucho más fácil, más fácil que en la estufa. Los componentes no requieren procesamiento previo y, por lo tanto, todo el proceso se reduce a dos etapas principales: - preparación de los productos, incluida la limpieza y la trituración; c En general, el proceso de elaboración de sopa magra es el mismo que el de elaboración de carne. sopa. La excepción es la ausencia de la necesidad de cocinar previamente el caldo de carne, que, por regla general, se lleva a cabo en varias etapas: remojar la carne, preparar el caldo primario (que debe verterse, ya que no es adecuado para alimentos), preparando el caldo secundario, filtrando y luego colocando los productos para sopa.
No hay papas en este plato; una sopa de este tipo se puede agregar al menú para la obesidad y la diabetes. Además, no hay zanahorias, remolachas, tomates, por lo que la sopa de repollo es adecuada para personas con dermatitis atópica y para quienes siguen las normas de una dieta hipoalergénica.
- Tomar 1 taza de frijoles, cubrir con agua y dejar reposar toda la noche. Luego drene el agua, agregue fresca y cocine los frijoles hasta que estén tiernos, aproximadamente 1 hora.
- Caliente 3-5 cucharadas en una cacerola de fondo grueso. aceite vegetal. El aceite debe estar tibio, no es necesario calentarlo hasta que se empañe. Coloque las cebollas picadas y los nabos en la mantequilla. Tome 100 gramos de cebolla y 400 gramos de nabos. Cubra la sartén con una tapa y cocine a fuego lento las verduras a fuego lento durante unos 5 minutos.
- Agregue 150 gramos de col blanca finamente picada. Tape de nuevo y cocine a fuego lento hasta que el repollo esté tierno.
- Ahora vierta 1,5 litros de agua caliente en una cacerola con verduras, hierva a fuego alto, ponga los frijoles preparados.
- Cocine a fuego medio durante 5 minutos.
- Una vez transcurrido el tiempo especificado, coloque 400 gramos de acedera finamente picada en una cacerola. Agrega sal, azúcar y pimienta negra al gusto.
- Cocine la sopa de repollo por no más de 2 minutos, luego retire del fuego.
- Caliente 1 cucharada de aceite vegetal en un caldero, ponga 100 gramos de calabaza y 100 gramos de calabaza, cortada en cubos pequeños, en el aceite. Revolver.
- Escaldar medio vaso de mijo con agua hirviendo, escurrir el agua y poner el cereal en un caldero donde se cuecen calabaza y calabacín. Revolver.
- Vierta 1,5 litros de agua caliente, agregue sal y especias.
- Hervir la sopa durante 15 minutos, luego agregar las verduras finamente picadas y retirar del fuego.
La peculiaridad de esta sopa de calabaza es la forma en que se cocina. Esta sopa se prepara en el horno, lo que la hace especialmente aromática y brillante.
- Vierta 2 cucharadas de aceite vegetal en una cacerola, cazo refractario o caldero. Coloque 150 gramos de cebollas picadas, 400 gramos de papas en cuartos y 200-300 gramos de calabaza en cubitos. Agregue especias y hierbas secas al gusto. Vierta 1 litro de agua caliente.
- Precalienta el horno a una temperatura de 200 grados y coloca el recipiente con la sopa sobre la rejilla. Cocine durante aproximadamente media hora.
- Limpia la sopa terminada con una batidora de mano.
Además, las recetas para hacer sopas magras se pueden pedir prestadas a los expertos en alimentos crudos.
- En un vaso incompleto, alrededor de las tres cuartas partes del volumen, cubrir las semillas de girasol peladas con agua durante 30 minutos. Drenar el agua.
- Tome 100 gramos de guisantes sin cáscara, combínelos con semillas de girasol empapadas en agua.
- Agregue a esto al gusto el ajo, la sal marina, la pimienta y rellénelo con agua fría limpia en un volumen de 350 ml.
- Limpiar con una licuadora.
- En un rallador de zanahoria coreano, muele la mitad de una zanahoria, la mitad de un pepino fresco, la mitad de un nabo pequeño y la mitad de una remolacha pequeña.
- Agregue cebollas dulces finamente picadas si lo desea.
- Agrega las hierbas picadas y una pizca de sal marina.
- Vierta agua limpia fría o tibia, a no más de 40 grados, en una cantidad suficiente para obtener la consistencia deseada de la sopa.