La salsa holandesa es un clásico de la cocina europea, una salsa básica de huevo y mantequilla, a partir de la cual se pueden preparar muchos otros tipos de salsas y jugos. Tradicionalmente se sirve con pescado frito o hervido, pero también va bien con platos de carne y verduras. La historia de esta receta es sorprendente: apareció por primera vez en Francia, en la ciudad normanda de Isigny-sur-Mer, por lo que originalmente se llamó "Sauce Isigni". Sin embargo, durante la Primera Guerra Mundial, la mantequilla utilizada para hacer la salsa se obtuvo de Holanda, y el nombre de la receta cambió gradualmente a Salsa Holandesa.
Es necesario
- - 150 gramos de mantequilla;
- - 2 huevos;
- - 2 cucharadas de agua fría;
- - 1/2 limón (o 3 cucharadas de vino blanco seco);
- - sal, pimienta negra al gusto.
Instrucciones
Paso 1
Separe las yemas de las claras, solo se necesitan las yemas. Disuelva la sal en dos cucharadas de agua. Corta la mantequilla en trozos pequeños y deja que se ablande. Exprime el jugo de medio limón.
Paso 2
En una cacerola pequeña, muele con cuidado las yemas con agua salada, agregue la mantequilla, revuelva y coloque en el fuego. Cocine la salsa a fuego lento, revolviendo constantemente, hasta que espese. Lo más importante en el proceso de cocción es evitar que hierva y se sobrecaliente, de lo contrario las yemas se curvarán, el aceite se desprenderá y la salsa se echará a perder.
Paso 3
Apague el fuego, vierta jugo de limón o vino blanco en la salsa, pimienta al gusto y mezcle con mucho cuidado y a fondo. Sirva la salsa tibia, ya sea en una salsera o en porciones, vertiendo pescado, carne o verduras.