Los mejillones son deliciosos, de sabor delicado y contienen una gran cantidad de proteínas. La carne de mejillón es útil para mejorar el metabolismo, aumentar el tono general y mejorar la inmunidad. Y en combinación con otros productos, los mejillones se convierten en un verdadero manjar.
Es necesario
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- 300 g de mejillones congelados pelados;
- 3 tomates grandes;
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 1 cucharada de harina
- 1/2 cucharadita de tomillo
- 1/2 cucharadita de orégano;
- un diente de ajo;
- Ají picante;
- perejil o albahaca;
- jugo de limon;
- aceite de oliva;
- una pizca de azúcar morena;
- Pimienta molida;
- sal
Instrucciones
Paso 1
Descongela los mejillones. Es mejor descongelarlo no en el microondas, sino con agua tibia corriente. Asegúrese de eliminar todas las fibras y raíces que sobresalen de los mejillones, no es necesario que los destripe. Enjuaga bien los mariscos nuevamente y colócalos en un colador para escurrir toda el agua.
Paso 2
Pelar la cebolla y picar finamente. Lavar las zanahorias, pelarlas, cortarlas en trozos pequeños o rallarlas con un rallador grueso. Calentar el aceite de oliva en una sartén, sal y sofreír la cebolla. Cuando la cebolla esté blanda, agrégale las zanahorias. Remover ligeramente y sofreír la mezcla de cebolla y zanahoria durante unos minutos. Picar finamente el ajo y añadirlo a las verduras salteadas cocidas.
Paso 3
Mientras se asan las verduras, prepare la base para la salsa de tomate. Es mejor quitar la cáscara de los tomates. Para ello, lávelos y escaléelos con agua hirviendo. Después de eso, la piel se despega fácilmente. Moler la pulpa de tomate en una licuadora o en un rallador. También puedes frotarlo a través de un colador. Mezclar la masa resultante con harina, agregar tomillo, orégano y pimienta. Mezcle bien nuevamente y agregue a la mezcla de cebolla y zanahoria fritas. Corta la vaina de chile en tiras finas y agrégala a la salsa. Mientras revuelve, hierva la salsa de tomate y retire del fuego.
Paso 4
Caliente un poco de aceite en una sartén aparte y transfiera los mejillones del colador. Caliéntelos a fuego medio hasta que salga el jugo. El jugo resultante puede arruinar el plato, así que asegúrese de escurrirlo. Agregue un poco de aceite a la sartén, sazone con sal, agregue una pizca de azúcar morena y revuelva. Freír los mejillones hasta que estén dorados. Cuando los mejillones estén listos, vierta sobre la salsa de tomate, revuelva y cocine a fuego lento por otros 10 minutos para empapar la salsa con el aroma de mejillón. Agregue un poco de jugo de limón al plato terminado. Espolvorea con hierbas picadas o decora con una rodaja de limón antes de servir.