Freír implica altas temperaturas, ya que una buena sartén puede calentarse hasta 200 ° C o más. No todos los aceites pueden soportar tal calentamiento, pueden comenzar a quemarse, el sabor normal cambiará a amargor. Además, puede formar sustancias cancerígenas que amenazan directamente la salud humana.
Instrucciones
Paso 1
Un criterio importante para determinar si el aceite es apto para freír o no es la temperatura a la que comienza a elevarse un ligero humo por encima del aceite. Es a partir de este momento que el aceite, por bueno que sea inicialmente, comienza a transformarse en una sustancia bastante peligrosa. El humo se produce como resultado de la oxidación y posterior descomposición de los ácidos grasos individuales en acroleína y otras sustancias nocivas.
Paso 2
Los ácidos insaturados comienzan a descomponerse primero, cuanto mayor es su contenido en el aceite, antes comienza a humear y menos apto para freír. Los aceites vegetales que se consideran particularmente beneficiosos, como el de oliva sin refinar, son ricos en ácidos Omega-3 y Omega-6, que son extremadamente importantes para la salud humana. Fortalecen las paredes de los vasos sanguíneos, diluyen la sangre y reducen los niveles de colesterol. Y son estos ácidos los que comienzan a arder primero, tan pronto como la temperatura alcanza los 150 ° C, lo que inmediatamente hace que dicho aceite sea completamente inadecuado para freír.
Paso 3
Por lo tanto, vale la pena verter en la sartén solo aquellos aceites que contengan 50% o más de ácidos grasos saturados que puedan soportar un calentamiento significativo. Estos aceites incluyen: soja (comienza a arder a 234 ° C), sésamo (230 ° C), oliva refinada (230 ° C), palma (220 ° C), girasol (220), coco (200), semillas de aceite de uva. (190 ° C), margarinas especiales (170 ° C y más). La mantequilla no es adecuada para freír, pero si la derrite y le quita el líquido y las proteínas de la leche, puede freír con éxito cualquier alimento a temperaturas de hasta 200 ° C.
Paso 4
Las variedades de aceite de oliva son las más controvertidas. Determinar cuál es apto para freír y cuál no es muy sencillo. Busque las palabras "prensado en frío" en la etiqueta. El aceite prensado en frío comienza a arder a unos 160 ° C. Durante el proceso de refinado, el aceite se vuelve más estable y puede tolerar fácilmente el calor hasta 200 ° C, lo que lo hace inmediatamente adecuado para freír.