Varios tipos de carne animal se encuentran entre los productos alimenticios más demandados por los seres humanos. Los expertos culinarios se esfuerzan por preservar la frescura de la carne animal el mayor tiempo posible para poder utilizar este producto para preparar una variedad de platos.
La carne es un producto caro y, al mismo tiempo, se deteriora rápidamente. Si el ama de casa tiene un frigorífico con congelador grande, puede comprar carne congelada una vez a la semana y guardarla en el congelador. Un menú planificado de antemano le da la oportunidad de comprar carne durante tres o cuatro días. Incluso sin un refrigerador, puede mantener la carne en casa durante el mismo período de tiempo, en un rincón frío de la habitación, utilizando métodos simples pero muy efectivos, especialmente en otoño e invierno.
La ternera se coloca en un plato de cerámica, se enjuaga con agua hirviendo, se seca y se vierte con leche agria. El ácido láctico presente en la leche agria conserva el producto. Además, la leche no proporciona acceso al aire. De la misma forma, puede mantener un hígado crudo durante todo el día. Después de retirar de la leche, la carne debe lavarse y la leche debe verterse.
La carne de res, destinada a guisar, es suficiente para engrasar por encima con aceite vegetal, colocar en un recipiente de cerámica y cubrir con vegetales verdes (perejil, apio, cebollas). La ternera y la carne de res también se pueden envolver en un paño rociado con vinagre, luego envolver en papel de aluminio y colocar en platos de cerámica, porcelana o esmalte en buen estado, luego refrigerar. Al mismo tiempo, la carne adquiere un característico olor a vinagre.
La carne de cerdo se puede almacenar en el refrigerador hasta por una semana. El recipiente más adecuado para este tipo de carne es una cacerola con tapa que no cierre herméticamente. La carne de cerdo se puede almacenar en el congelador hasta por seis meses. Uno de los tipos más comunes de conservación a largo plazo de la carne de cerdo es el ahumado. Cabe señalar que no se recomienda congelar la carne de cerdo ahumada, de lo contrario el producto puede tener un sabor rancio.
La forma en que se evita que la carne se eche a perder durante un corto período de tiempo (un día) es hervirla o freírla. La alta temperatura destruye la microflora de la carne.