Los pueblos antiguos que vivían en las costas de los océanos Pacífico y Ártico utilizaban algas frescas o algas marinas para la alimentación, la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades. Las algas frescas son ricas en yodo, aminoácidos y oligoelementos más que cualquier otra planta. Este producto fue creado por la propia naturaleza y está casi listo para comer.
Instrucciones
Paso 1
Planee recoger algas frescas durante la marea baja; retírelo del suelo directamente de la raíz. Cuando se haya recolectado la cantidad correcta de algas, retire las raíces, recorte las hojas amarillas y dañadas. El repollo debe estar impecable.
Paso 2
Enjuagar bien las sábanas en casa, es conveniente hacerlo directamente en el baño. Cortar en trozos iguales del tamaño de la palma de la mano.
Paso 3
Tome una cacerola lo suficientemente grande, coloque aproximadamente la mitad de las algas en ella. Vierta agua fría, prenda fuego y cocine hasta que hierva. Tan pronto como el repollo hierva, espere 5 minutos, drene el agua y vuelva a llenar el repollo con agua fría. Espera a que vuelva a hervir y apaga el fuego a los 5 minutos.
Paso 4
Después de cocinar, enjuague las algas con agua fría. Enfriarlo. Corte el repollo a su discreción: el repollo, cortado en forma de fideos finos, se ve hermoso. Después de eso, use repollo para cocinar cualquier plato: ensaladas, sopas, guarniciones.
Paso 5
Para que las algas duren más, hazle un adobo. Para hacer esto, tome 2-3 vasos de agua caliente, agregue sal, azúcar, clavo y hojas de laurel, todo a su gusto. Hervir esta mezcla durante 15 minutos, escurrir el exceso de líquido, enfriar, agregar vinagre a su discreción. Vierta el repollo con la marinada y déjelo en remojo durante 6-8 horas.