Los jugos recién exprimidos son un aporte concentrado de vitaminas, antioxidantes y minerales. Beber estas bebidas es útil para mejorar la inmunidad y limpiar el cuerpo de toxinas y toxinas. Para aprovechar al máximo estos jugos, hay algunas reglas a seguir.
Instrucciones
Paso 1
El jugo recién exprimido debe prepararse inmediatamente antes de su uso, de lo contrario comenzará a oxidarse y perderá sus propiedades beneficiosas. La única excepción es la bebida de remolacha, que se infunde durante varias horas. Bebe el jugo lentamente, preferiblemente a través de una pajita. Gracias a esto, se absorbe mejor y preservarás el esmalte dental. Los jugos recién exprimidos se beben de 15 a 30 minutos antes de las comidas o entre comidas. No debe beber estas bebidas después de una comida; debido a esto, puede producirse una mayor formación de gases.
Paso 2
Debe beber estas bebidas con moderación, no más de 2-3 vasos al día. Recuerde que los jugos recién exprimidos son laxantes. Por lo tanto, si tiene un efecto laxante después de beberlos, reduzca la cantidad de la bebida o dilúyala con agua, agua pura hervida o mineral sin gas.
Paso 3
Muchos jugos recién exprimidos se beben mejor mezclándolos con otros jugos o bebidas. Por ejemplo, el jugo de zanahoria se absorbe mejor si se le agrega un poco de crema o leche y un poco de vitamina E. Unas gotas de aceite vegetal aumentarán la digestibilidad del jugo de tomate, pero la sal puede destruir sus sustancias beneficiosas. Los jugos de frutas se pueden mezclar con jugos de vegetales para hacerlos menos dulces. Además, las frutas contienen más vitaminas y las verduras contienen más minerales. Entonces la mezcla preparada estará completamente equilibrada.
Paso 4
Los jugos de frutas con semillas no deben mezclarse con jugos de frutas que contienen semillas. Por ejemplo, una bebida de durazno no va bien con una bebida de manzana. Es aconsejable mezclar bebidas, teniendo en cuenta lo siguiente: los jugos de frutas verdes se combinan con otros verdes, amarillos, con amarillos, etc.
Paso 5
Después de beber jugos recién exprimidos, especialmente los ácidos, debe enjuagarse bien la boca. Esta regla se debe al hecho de que los ácidos de las frutas pueden corroer el esmalte. En este sentido, los niños pequeños corren el mayor riesgo. En cuanto a los bebés, lo mejor es discutir con el pediatra la cuestión de a qué edad, qué tipo de jugos y en qué cantidad se le puede dar. En cualquier caso, conviene empezar con unas cucharaditas.