Se cree ampliamente que el ajo no necesita condiciones especiales de almacenamiento. Pero a veces, para que el ajo no se seque durante el invierno, se requieren ciertos trucos. La alfabetización de la preparación del ajo para el almacenamiento a largo plazo depende no solo de su capacidad para no deteriorarse durante el invierno, sino también de la capacidad de retener propiedades útiles.
Instrucciones
Paso 1
La forma más fácil de conservar el ajo es cosecharlo junto con la porción herbácea y luego atar el ajo en trenzas. Las mejores condiciones de almacenamiento para el ajo en trenzas es un sótano oscuro y fresco. Asegúrese de mantener ese ajo colgando.
Paso 2
Con el menor costo de mano de obra, puede guardar ajo en una red o mallas de nailon innecesarias. Debe poner el ajo en la malla seco o presecado (si el ajo está fresco). Guarde la malla de ajo en un lugar seco y fresco.
Paso 3
Puede guardar cabezas enteras de ajo durante mucho tiempo en frascos de vidrio. Para ello, secar bien los ajos, esterilizar y secar los frascos de vidrio. Luego coloque el ajo en los frascos y ciérrelos bien con tapas de plástico.
Paso 4
Las cabezas de ajo sin pelar espolvoreadas con harina también se pueden almacenar en frascos de vidrio. En este caso, la capa superior de harina debe tener al menos 2 cm.
Paso 5
A temperatura ambiente, el ajo se puede almacenar en cajas de madera contrachapada. Vierta sal cristalina gruesa en el fondo del cajón, ponga una capa de ajo seco encima, luego nuevamente una capa de sal y una capa de ajo. Entonces, alternando entre sal y ajo, llene el cajón hasta el tope.
Paso 6
Una forma muy eficaz de almacenar el ajo es crear una película de aceite en su superficie. Hervir el aceite de girasol durante 2 horas, agregarle yodo (20 gotas por litro de aceite). Con un hisopo de algodón limpio, aplique el aceite a las cabezas de ajo sin pelar y déjelas reposar al sol mientras se absorbe el aceite.
Paso 7
Además de las cabezas, puede almacenar dientes de ajo pelados. Pela el ajo, coloca los dientes bien apretados en un frasco limpio y cúbrelos con aceite vegetal. El ajo almacenado de esta manera es muy conveniente de usar cuando no hay tiempo para pelarlo. Además, el aceite vegetal que queda del almacenamiento de ajo también es bueno para la alimentación (por ejemplo, para ensaladas). Adquiere un agradable aroma a ajo.