La avena es una delicia matutina favorita de muchas personas. Sin embargo, cocinar la avena mediante un tratamiento térmico (hirviendo, etc.) la hace menos útil. Cuando la papilla languidece, retiene más micro y macroelementos naturales, lo que la hace verdaderamente vivificante.
Es necesario
- - copos de avena;
- - agua;
- - canela;
- - Pasas;
- - aceite vegetal sin refinar.
Instrucciones
Paso 1
Calentar el agua, pero no hervir. El agua debe calentarse a una temperatura de unos 90 grados (Celsius), es decir, retirarse de la estufa poco antes del momento en que comienza a hervir. Es mejor usar agua de manantial o agua derretida, pero el agua del grifo filtrada también funcionará.
Paso 2
Vierta la cantidad necesaria de avena en la vajilla. Es más conveniente usar platos cilíndricos (por ejemplo, una taza o taza), de los cuales puede comer papilla de inmediato. Trate de no usar avena instantánea, ya que ya está cocida y contiene menos fibra y micronutrientes.
Paso 3
Agrega algunas pasas al cereal. Las pasas harán que la avena sea mucho más sabrosa y saludable. Enjuague previamente con agua fría. Si no hay pasas, reemplácelas con otras frutas secas (al gusto).
Paso 4
Llene todo el contenido del bol con cereales y pasas con el agua preparada de 1 a 2 cm y cubra los platos con una tapa o un plato pequeño encima. Deje reposar la papilla durante 15-20 minutos.
Paso 5
Abre un bol de papilla y déjalo enfriar un poco. No coma papilla caliente, es mucho más saludable comerla tibia.
Paso 6
Agrega un poco de canela (al gusto) y vierte ligeramente el aceite vegetal sobre la papilla. Es mejor utilizar aceite sin refinar (primer prensado), ya que contiene más nutrientes, como el aceite de linaza o de oliva.
Paso 7
Revuelva la papilla y estará lista para comer. Buen provecho.