Especialmente en primavera, muchos de nosotros tenemos prisa por desprendernos de un par de kilogramos adquiridos durante el invierno. Las remolachas, las espinacas y los espárragos, que prácticamente no contienen calorías, vienen a ayudar a quienes adelgazan, y a todos los que monitorean constantemente su figura, y un aderezo de salsa picante ayudará a complementarlos con un sabor fresco.
Es necesario
- - 5 remolachas pequeñas
- - 120 g de espárragos
- - 120 g de espinacas
- - 2 aguacates
- - sésamo
- - ajo
- - chalote
- - vinagre de arroz, aceite de oliva, sal, raíz de jengibre
Instrucciones
Paso 1
Enjuague bien las remolachas, límpielas a fondo de la suciedad y envuélvalas en papel de aluminio. Envíe las verduras al horno, precalentadas a 180 grados, durante 1,5 horas. Las remolachas cocidas se perforarán bien con una brocheta de madera o un palillo de dientes.
Paso 2
Deje enfriar y pele, luego pique en rodajas o gajos pequeños. Ahora hierva los espárragos arrojándolos en agua hirviendo con sal durante 4-5 minutos. Una vez transcurrido el tiempo, transfiera rápidamente los espárragos a agua helada y enfríe. Divida los brotes de espárragos en 2-3 partes longitudinales.
Paso 3
Freír las semillas de sésamo en una sartén seca, revolviendo constantemente, hasta que las semillas estén doradas. Enjuague y seque, o simplemente sacuda bien el exceso de humedad, las espinacas. Pelar y picar el aguacate en rodajas pequeñas. Pelar y rallar finamente la raíz de jengibre, también picar las chalotas y el ajo.
Paso 4
A continuación, combine todos los ingredientes preparados para la salsa y revuelva vigorosamente. Ponga todos los ingredientes para la ensalada en un bol y sazone con salsa de jengibre, espolvoree con semillas de sésamo y sirva.