El repollo es una fuente insustituible de vitaminas y minerales para el cuerpo humano. Esta verdura ha sido cultivada durante mucho tiempo por nuestros antepasados y se incluyó en los platos más diversos de la cocina rusa. Por eso, existen muchas opciones para cocinar y conservar el repollo. También hay muchas formas de mantener fresco este sabroso y saludable producto.
Instrucciones
Paso 1
Si desea dejar el repollo blanco fresco, debe retirarlo de las camas lo más tarde posible, pero antes del momento en que lleguen las heladas severas. Las cabezas de repollo se seleccionan densas y fuertes, las verduras más sueltas no resistirán el almacenamiento a largo plazo. Después de eso, debe quitar el exceso de hojas del repollo, inspeccionarlo, si es necesario, limpiarlo de áreas podridas y dañadas. Se recomienda secar las verduras durante varias horas antes de guardarlas.
Paso 2
La temperatura de almacenamiento óptima para el repollo es de +1 a +5 grados, mientras que no pierde sus propiedades beneficiosas y está menos sujeto a pudrirse. Dependiendo del área de su subterráneo o bodega, puede elegir la opción de almacenar repollo. Uno de los más efectivos es el método en el que las cabezas de repollo con el muñón y las raíces a la izquierda se cuelgan boca abajo, sin quitar las hojas verdes superiores. También puede verter un poco de arena seca en el sótano y plantar las cabezas de repollo en una "cresta" improvisada, si es posible a cierta distancia entre sí. Ambos métodos proporcionan un almacenamiento de verduras suficientemente prolongado con buena ventilación y el régimen de temperatura correcto.
Paso 3
Si su espacio de almacenamiento es limitado, otro método puede ser una gran alternativa. Para empezar, corte el muñón de las cabezas de repollo preparadas casi al ras de las hojas. Luego, envuelva cada vegetal con fuerza en varias capas de envoltura de plástico normal. Coloque las cabezas de repollo "empaquetadas" en estantes o en cajas de madera. Este método es bastante efectivo siempre que el repollo se inspeccione regularmente (al menos una vez al mes) y se eliminen las hojas que han comenzado a deteriorarse. La habitación en la que se almacenan las verduras debe ventilarse periódicamente en tiempo seco.