Por su alto contenido en ácidos grasos omega-3, el aceite de oliva es muy beneficioso para la salud. Por lo tanto, para preservar las propiedades nutricionales curativas de este valioso producto, es necesario seguir las reglas para su almacenamiento.
El aceite de oliva es perecedero. Su vida útil máxima es de no más de 2 años después de la fecha del derrame. Sin embargo, quienes entienden este tema no recomiendan comprar aceite de oliva que se elaboró hace más de 9 meses. Esto se debe a que después de este tiempo, el aceite comienza a perder sus cualidades útiles y el sabor y el aroma se vuelven menos pronunciados.
El lugar más óptimo para almacenar el aceite es un lugar seco, oscuro y fresco, por lo que conservará sus cualidades durante más tiempo. La temperatura de almacenamiento de este producto no debe superar los 20 grados. Mantenerlo caliente le dará al aceite un sabor amargo. Además, no se recomienda almacenarlo en el refrigerador, ya que se formará un precipitado turbio en forma de copos blancos.
Está estrictamente prohibido congelar este producto, ya que después de descongelarlo dejará de ser tan útil y perderá el sabor y olor específicos que son característicos del aceite de oliva.
Al elegir recipientes para almacenar aceite de oliva, dé preferencia a uno que esté hecho de vidrio oscuro o acero inoxidable. Además, no debe ser muy grande, ya que el aire acumulado sobre el aceite lo oxidará. La botella debe tener una tapa hermética, ya que el aceite de oliva puede absorber muy rápidamente los olores de otros alimentos.
El aceite abierto debe usarse dentro de los 30 días. Con un almacenamiento adicional, el producto perderá sus propiedades beneficiosas y características de sabor.
Además, después de freír, está estrictamente prohibido reutilizar el aceite de oliva, porque no solo ha perdido sus valiosas cualidades, sino que también se han formado en él sustancias cancerígenas que pueden dañar la salud.
Con los conocimientos adquiridos, podrá disfrutar del uso de este útil producto.