La leche y los productos lácteos contienen grandes cantidades de calcio animal, que es importante para el buen funcionamiento del cuerpo. Pero, ¿qué pasa si es alérgico a la leche, el requesón, la crema agria? ¿O es intolerante a la lactosa? Luego, necesita encontrar otras fuentes de calcio que le ayuden a mantener la salud de los huesos, los dientes y todo el cuerpo.
Una cantidad insuficiente de calcio afecta el funcionamiento del sistema nervioso:
- aumenta la irritabilidad;
- aparece el insomnio;
- la memoria se deteriora.
El elemento especificado ayuda a reducir la presión arterial, contribuye al mantenimiento de un peso normal y regula los niveles de colesterol. Y sorprendentemente, el calcio de origen vegetal es mucho más útil que el que se encuentra en los productos lácteos.
Qué contiene el calcio de origen vegetal
Ortiga. Esta planta es conocida desde hace mucho tiempo por sus propiedades curativas, pero no todos saben que la ortiga contiene una gran cantidad de calcio. Los brotes tiernos de esta hierba ardiente se utilizan para preparar una sopa que sabe a acedera y es muy útil, sobre todo a principios de verano. La bebida de ortiga no solo contiene calcio, sino también vitaminas que las mujeres necesitan para su belleza y salud.
Semillas de sésamo. Contienen la mayor parte del calcio de origen vegetal. Las semillas se agregan a ensaladas y productos culinarios. Es mejor si usa semillas de sésamo sin tostar.
Apio. No contiene mucho calcio, pero es sumamente útil para el organismo, por lo que merece la pena incluirlo en tu dieta habitual. El apio es bueno para bebidas y ensaladas. Cuando se combina con otros alimentos, obtiene suficientes vitaminas y minerales para su cuerpo.
Remolacha y brócoli. Estos alimentos son necesarios para una dieta equilibrada, saludable y adecuada, así como para obtener la cantidad necesaria de calcio. La remolacha y el brócoli se utilizan para preparar sopas, guarniciones, jugos y en ensaladas.
Grosella negra. Esta baya es rica en vitaminas, oligoelementos, incluido el calcio. Se consume crudo, se preparan jugos, bebidas de frutas, compotas y conservas. Las grosellas son fáciles de congelar durante el invierno, mientras que no perderán sus propiedades medicinales y beneficiosas.