La calabaza puede considerarse legítimamente la reina de las verduras de otoño: sabrosa, baja en calorías, rica en nutrientes y fibra. Se conserva perfectamente durante todo el invierno tanto fresco como congelado. El pastel de calabaza es un verdadero manjar: suave, tierno, con un relleno dulce de manzanas aromáticas. Bueno tanto caliente como frío, para quien cuida su figura, y para quien está en ayunas.
Es necesario
- - calabaza 400 g
- - manzanas 3 piezas
- - harina integral
- - huevos 2-3 piezas
- - cariño
- - azúcar
- - sal
- - kéfir unos 100 ml
- - levadura en polvo 1 sobre
- - Plato de hornear
- - rallador
Instrucciones
Paso 1
Lava la calabaza y pélala. Corta la calabaza por la mitad, quita las semillas y las fibras internas con una cucharada de semillas. Corta la calabaza pelada en rodajas, como una sandía, para que sea más fácil de rallar.
Ralla la calabaza en un rallador grueso. La cantidad de calabaza rallada puede variar según el tamaño de la fuente para hornear. Tengo unos 400 gramos, la mitad de una calabaza entera.
Paso 2
Agregue 2-3 huevos a la calabaza rallada, 100 ml de kéfir y azúcar (al gusto), sal un poco. Mezclar todo bien con una cucharada. Agregue harina integral y polvo de hornear. Agregue la harina gradualmente, en porciones, para que la masa resulte viscosa, pero no demasiado dura, como para los panqueques. La masa se prepara rápidamente y se mezcla bien: unos pocos golpes con una cuchara y listo, por lo que no es necesario usar una batidora o licuadora.
Paso 3
Pelar las manzanas y quitar las vainas de semillas, rallarlas con un rallador grueso. Agregue miel líquida, un par de cucharadas, ralladura de limón, un poco de jugo de limón, revuelva. Engrase una fuente para hornear con aceite. Vierta la mitad de la masa en el molde, distribuya uniformemente las manzanas ralladas encima, alise la superficie con una cuchara, presionando ligeramente el relleno en la masa. Si la miel está espesa, extiéndala en rodajas sobre el relleno. Vierta la masa restante uniformemente sobre las manzanas. Hornee el pastel durante unos 20 minutos a unos 120 grados. El tiempo de horneado se puede aumentar en función del grosor de la torta. Al final de la cocción, se puede aumentar la temperatura para crear una corteza crujiente. No es necesario engrasar el bizcocho antes de hornear.