Las albóndigas de pollo pueden considerarse con razón un manjar exquisito: en combinación con la salsa de tomate y el relleno de queso, el plato adquiere una elegancia especial, y hornear en el horno le permite preservar completamente la jugosidad y ternura de la carne.
Ingredientes:
- Pollo picado - 0,5 kg;
- Pan blanco o hogaza - 60 g;
- Agua hervida - 250 ml;
- Queso duro - alrededor de 200 g;
- Leche - 0.5 cucharadas;
- Cebolla - 1 pieza;
- Pasta de tomate - 2 cucharadas l;
- Sal y especias;
- Huevo de gallina - 1 ud.
Preparación:
- Limpiar y picar la cebolla en rodajas compactas. Picar el queso en un rallador grueso y remojar el pan durante unos minutos en leche fría.
- Mezclar la carne picada (además del pollo, puedes moler el pavo) con la cebolla picada y la mayor parte del queso (separamos unos 50 g para decorar el plato antes de hornear).
- Ponemos pan, previamente exprimido de leche, y un huevo. Agregue especias y sal a su gusto y mezcle bien. Ahora la carne picada debe colocarse en el refrigerador durante aproximadamente media hora.
- Trabajar con una mezcla fría es mucho más agradable y conveniente. Nos mojamos las manos con agua y hacemos albóndigas redondeadas de tamaño mediano. Alineamos los productos formados en una fila en el fondo de la fuente para hornear, previamente engrasados con aceite vegetal.
- Moler el queso en un rallador (nos quedaban 50 g) y espolvorear generosamente las albóndigas. Después de eso, deben cubrirse con relleno de tomate: para su preparación, diluimos la pasta de tomate en agua y la mezclamos con las especias.
- Instalamos el formulario en un horno precalentado durante media hora (es posible que tenga que agregar cinco minutos). El modo óptimo es 180 grados.
Las albóndigas de pollo son un plato bastante versátil: cualquier guarnición le sentará bien, ya sea puré de patatas o arroz hervido.