Las grosellas son extremadamente ricas en ácido ascórbico, por lo que los médicos recomiendan incluirlo en la dieta durante los resfriados. Además, esta baya tiene un contenido bajo en calorías, por lo que no hay que preocuparse en absoluto por tu figura al comerla.
Contenido calórico de la grosella
Las grosellas negras y rojas se pueden consumir de cualquier forma. De ella se elaboran deliciosas mermeladas, compotas, jaleas e incluso tartas dulces. Pero es especialmente útil comerlo fresco, entonces el cuerpo recibe más nutrientes y la figura no sufre en absoluto.
100 g de grosellas rojas y negras contienen casi la misma cantidad de calorías, en las primeras 44 kcal, en las segundas, 45 kcal. Esto permite incluirlo en la dieta incluso para quienes siguen una dieta estricta y controlan constantemente su peso. Bueno, el valor energético de la grosella blanca es aún menor: solo 42 kcal.
Esta baya es casi un 85% de agua, contiene muy pocos carbohidratos, las proteínas y las grasas están prácticamente ausentes.
Naturalmente, cualquier producto adicional añade calorías a las grosellas. Entonces, si lo mezcla con una cucharada de miel, el valor energético de las grosellas aumentará en aproximadamente 98 kcal. Y 100 g de mermelada de grosella contienen unas 300 kcal, por lo que conviene consumirla sin mantequilla ni pan.
Es mejor almacenar las grosellas congeladas; en este caso, no perderá vitaminas ni nutrientes.
Los beneficios de las grosellas
La composición de las grosellas rojas y negras es casi idéntica, sin embargo, hay muchos más nutrientes y vitaminas en estas últimas. Entonces, las grosellas son una fuente valiosa de vitamina C y P. Además de ellas, esta baya también contiene vitaminas A, E, H, vitaminas del grupo B. Las grosellas son ricas en varios minerales: potasio, cobre, calcio, boro, magnesio., fósforo, el segundo, hierro, cobalto y otros. Además, contiene betacaroteno, flavonoides, catequinas, antocianinas, azúcares y ácidos orgánicos.
Gracias a esta composición, las grosellas fortalecen el sistema inmunológico, eliminan varios compuestos dañinos del cuerpo, aumentan el apetito y tienen un efecto antiinflamatorio. La grosella negra, cuando se consume con regularidad, previene el desarrollo de la aterosclerosis y ayuda al cuerpo a combatir las bacterias que causan enfermedades, incluido el Staphylococcus aureus. Y el rojo tiene un efecto positivo en el sistema cardiovascular debido a la presencia de oxicumarina en la composición.
Daño de grosella
Las grosellas pueden causar una reacción alérgica cuando se consumen en cantidades ilimitadas. Tampoco se recomienda comerlo durante una exacerbación de la gastritis, en presencia de úlcera péptica y hepatitis. Vale la pena renunciar a las grosellas y a los que sufren de mala coagulación de la sangre.