Knyazhenika (nombre científico Rubus arcticus) es una planta con bayas nutritivas y jugosas que crece en muchas regiones de la Federación de Rusia (en particular, en Karelia, el Lejano Oriente, Siberia). Sin embargo, puedes ver a la princesa en el territorio de los estados escandinavos, por ejemplo, en Suecia. En la provincia sueca de Norbotten, la princesa incluso fue elegida como emblema floral oficial.
Las principales características de la princesa
La princesa es una planta baja y perenne con un rizoma rastrero (se encuentra en el suelo a una profundidad de veinticinco centímetros). El príncipe tiene tallos ramificados y esta planta no forma el llamado bigote. Las hojas de la princesa recuerdan en cierta medida a las fresas, y la fruta tiene características comunes con las moras o frambuesas y pesa entre 1 y 2 gramos.
Esta baya se distingue por un brillante sabor agridulce, y en su aroma puedes captar algo similar a una piña exótica. Es posible encontrar a la princesa en bosques caducifolios o de coníferas, en prados húmedos, cerca de pantanos, lagos y ríos.
La princesa floreciente suele comenzar en los últimos días de mayo y dura, como muestra la práctica, de 25 a 35 días. Es bastante fácil reconocer sus flores: se abren una a la vez en las puntas de los brotes y tienen al menos cinco pétalos de un tono rosa púrpura.
En la Rusia medieval, esta baya era muy respetada: simplemente la comían y la usaban con fines medicinales. En los asentamientos de Carelia desde la antigüedad, los príncipes se dedicaban al cultivo a propósito. En diferentes fuentes, puede encontrar otros nombres para esta baya: frambuesa, mamura, frambuesa musgo, baya del príncipe, drupa.
Creciendo en el país
El príncipe echa raíces en nuevos lugares prácticamente sin problemas y no requiere cuidados súper complicados. Se puede cultivar en cabañas de verano, solo necesita brindar condiciones cercanas a las naturales. Es recomendable plantar al menos dos variedades diferentes de la princesa al mismo tiempo, ya que esta baya necesita polinización cruzada.
Cabe recordar que el color final de la fruta de la princesa dependerá del nivel de iluminación. Si el sol no es suficiente, las bayas resultarán rojas y blancas. Y con abundante luz solar, puedes obtener bayas de cereza oscura.
La colección de la princesa se realiza hasta tres veces por temporada, en julio y agosto. Y, como regla general, en las regiones del norte, los rendimientos de la princesa son notablemente más altos que en las del sur (porque el clima del norte se adapta mejor a ella).
Los beneficios de los frutos y hojas de la princesa
La princesa tiene muchos carbohidratos, hay glucosa y fructosa, ácidos cítrico y málico, taninos (taninos) y aceites esenciales volátiles. Además, las bayas (así como las hojas) contienen saponinas y flavonoides en dosis importantes.
Se permite comer las bayas princesa tanto inmediatamente después de la recolección como en forma procesada. Son muy adecuados para hacer mermeladas, compotas, una variedad de licores y jugos. La bebida de la princesa recién recolectada ayuda a bajar la temperatura, alivia la sed en los días calurosos, tonifica y tiene un efecto fortalecedor general. Las hojas presecadas de esta planta también pueden entrar en acción: puede preparar un maravilloso té de hierbas a partir de ellas.