Durante el transporte, las frutas están expuestas a diversos contaminantes, y algunos tipos de productos también se tratan con cera u otras sustancias que contribuyen a la conservación prolongada de la fruta. Asegúrese de lavar la fruta antes de comerla. Si esto no se hace, existe una gran posibilidad de contraer una infección intestinal o una intoxicación grave.
Es necesario
- esponja para lavar platos:
- detergente;
- cuenca
Instrucciones
Paso 1
Enjuague las frutas con piel gruesa con agua corriente con una esponja. También puede utilizar detergente lavavajillas. No contiene sustancias nocivas para el organismo, así que no te preocupes que el detergente se quede en las frutas. Por supuesto, esto no significa que las frutas se puedan enjabonar y no lavar; después de este tipo de tratamiento, asegúrese de enjuagar las frutas con abundante agua corriente.
Paso 2
Si está lavando una pequeña cantidad de fruta, puede escaldarla con agua hirviendo. Pero esto solo se puede hacer con aquellas frutas que deben limpiarse antes de comerlas. Y las manzanas, los plátanos, los melones, las peras y otras frutas de piel blanda se pueden estropear de esta forma. Puede escaldar: mandarinas, naranjas, piñas, cocos, sandías, etc.
Paso 3
Las bayas deben lavarse especialmente a fondo. Lávalas en un recipiente con agua tibia. Si tienen mucho polvo, primero sumérjalos en agua y espere 30 minutos, luego enjuáguelos con agua corriente. No es deseable usar detergentes, ya que las bayas son muy suaves y el agente puede penetrar como resultado de la deformación de la piel.
Paso 4
Asegúrese de lavar incluso las frutas que desea pelar. Durante el proceso de limpieza, los microbios pueden entrar en la pulpa y, en consecuencia, aumenta el riesgo de intoxicación. Algunas personas no lavan plátanos y frutas cítricas, pero esto es en vano, porque también pueden tratarse con productos químicos que se utilizan para aumentar la vida útil.
Paso 5
Si compra frutas que no son de temporada, luego de lavarlas, quíteles una capa delgada de piel, esto no se aplica a las frutas que deben pelarse. Es en la capa superior de verduras y frutas donde se encuentra la máxima cantidad de pesticidas que pueden envenenarse.