Los ombligos de pollo, o ventrículos, son un plato para verdaderos gourmets. Quizás alguien haga una mueca al escuchar que se comen los ombligos, pero quien haya probado este manjar al menos una vez no olvidará su extraordinario sabor durante mucho tiempo.
Es necesario
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- ombligos de pollo - 1 kg
- cebollas - 5 piezas
- salsa de soja - 3 cucharadas
- cilantro.
Instrucciones
Paso 1
Antes de comenzar a cocinar los ombligos de pollo, quítelos con cuidado de la película amarilla y enjuáguelos bien con agua fría. Si no quita la película por completo, el plato tendrá un sabor amargo, lo que, como ve, es desagradable. Después de lavar los ventrículos, comience a cocinar.
Paso 2
Los ombligos de pollo se pueden utilizar para preparar tanto el primer como el segundo plato. Sin embargo, si nunca ha probado los ventrículos, es mejor guisarlos con salsa de soja. Esto no le costará mucho tiempo y esfuerzo, pero, sin embargo, podrá apreciar no solo el sabor de la comida, sino también su aroma.
Paso 3
Toma un kilogramo de ombligos de pollo. Divide cada uno de los ventrículos en dos cortándolos a lo largo. Vierta un poco de aceite vegetal en el fondo del gosper y póngalo a fuego alto. Cuando el aceite esté caliente, echa un par de semillas de cilantro al gallo, y al cabo de medio minuto coloca allí los ventrículos, reduciendo el fuego. Sazone el plato con un poco de sal.
Paso 4
Pele cinco cebollas y córtelas en mitades. Cuando hayan pasado veinte minutos desde el momento en que pusiste los ombligos al fuego, agrega las cebollas al plato y cocina a fuego lento hasta que estén tiernas, agregando agua hervida según sea necesario. Unos minutos antes de retirar el asador del fuego, agregue tres cucharadas de salsa de soja. Agregará especias a los ventrículos. Se tarda una media de cuarenta minutos en preparar un plato.
Paso 5
Antes de apagar la estufa, suba el fuego durante unos segundos y luego apáguelo rápidamente. No abra la tapa bajo ninguna circunstancia: ¡el plato debe estar infundido! Puede comenzar su comida de diez a quince minutos después del final de la cocción. Es mejor si sirves los ventrículos calientes, pero si por alguna razón el plato tiene tiempo de enfriarse, no te preocupes, porque el frío también es genial. Y lo último, cuida el servicio: la comida es sabrosa y hay que servirla “sabrosa”.