El cordero tiene un olor específico que no gusta a todo el mundo. Sin embargo, puede cocinar cordero para que no quede rastro del olor, e incluso al gourmet más exigente le gustará el sabor.
Es necesario
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- costillas de cordero 1 kg;
- vinagre de vino 1 cucharada;
- pasta de tomate 100 g;
- condimento de lúpulo-suneli 1 cucharada;
- azúcar;
- sal;
- aceite de girasol.
Instrucciones
Paso 1
Si compró las costillas en una pieza grande, debe cortarlas para que cada costilla esté separada antes de cocinarlas. Deje la mayor cantidad de carne posible en cada costilla.
Paso 2
Prepara la marinada. Para hacer esto, tome un recipiente hondo y mezcle la pasta de tomate, 1 cucharada. aceite vegetal, vinagre de vino, lúpulo-suneli, sal y 1/2 cucharadita de azúcar. Revuelva bien la marinada hasta que quede suave.
Paso 3
Cubra cada costilla con adobo. Coloca las costillas en un recipiente hondo, cierra la tapa y refrigera por 12 horas.
Paso 4
Freír las costillas en escabeche en una sartén con aceite de girasol caliente. Al freír, debe haber una distancia entre las costillas, por lo que es mejor freír en varias pasadas.
Paso 5
Coloca las costillas fritas en una sartén honda. Llénelos con agua caliente para que el agua no cubra completamente las costillas. Coloque la sartén con las costillas al fuego y cocine a fuego lento durante 2 horas. El agua de la olla no debe hervir. Si es más conveniente para usted, las costillas se pueden hervir a fuego lento en el horno a una temperatura de 120-150 grados. Verifique el nivel del agua periódicamente. Si se ha evaporado por completo, debe agregar un poco más. Sirve las costillas calientes. Un buen acompañamiento para las costillas guisadas es el arroz o el puré de papas.