¿Qué producto puede ser más natural que el vino? Después de todo, este es, de hecho, el jugo de uvas fermentadas. Pero, de hecho, resulta que la producción de esta bebida no está completa sin aditivos artificiales. Uno de ellos es el conservante E220.
¿Qué es E220?
E220, o dióxido de azufre, es un gas incoloro, pero con un olor específico acre. Se utiliza en la industria alimentaria como conservante, aunque está catalogado como aditivo peligroso. Otros nombres de este conservante también se colocan en las etiquetas de los vinos: sulfito, ácido sulfuroso, dióxido de azufre, dióxido de azufre.
A pesar del daño potencial que el aditivo puede causar a la salud, la producción de vino no está completa sin él, con la excepción de los caros vinos biodinámicos, que no están disponibles para todos. El hecho es que incluso el vino envasado sigue fermentando y oxidándose. Si no se detiene el proceso, la bebida que llega al consumidor tendrá un sabor terrible. Es por eso que los fabricantes utilizan el conservante E220, ya que aún no se ha inventado un análogo de esta sustancia, absolutamente seguro para la salud humana.
Los principales efectos secundarios del dióxido de azufre son dolores de cabeza y sensaciones de resaca que se desarrollan dentro de las 24 horas posteriores a la ingesta de vino. Sin embargo, se cree que si el fabricante ha cumplido con la norma que limita el uso de E220 a razón de no más de 330 mg por 1 litro de vino, dicha bebida es segura para los seres humanos.
Cuanto más dulce es el vino, más dióxido de azufre contiene, ya que el azúcar intensifica la fermentación. En los vinos de mesa, los fabricantes reducen el contenido de aditivos a 220-250 mg. Para no experimentar un tormento infernal en la mañana después de las vacaciones, debe leer detenidamente la cantidad de E220 que contiene el producto.
¿Cómo afecta el E220 al cuerpo?
El dióxido de azufre es una sustancia química tóxica y se clasifica como una tercera clase de peligro. Algunas personas son sensibles a este conservante, lo que produce efectos secundarios como dolor de cabeza, náuseas e incluso vómitos, mareos, diarrea, alteraciones del habla, secreción nasal y tos. Aparecen síntomas similares cuando se bebe una gran cantidad de vino, cuyo contenido de E220 supera la norma.
El mayor daño de este conservante se manifiesta en el hecho de que destruye las vitaminas B1 y H, así como los compuestos proteicos. Con el uso constante de productos que contienen E220, el estado de la piel, cabello, uñas, etc. empeora. Las personas que padecen asma y enfermedades pulmonares deben tener especial precaución, ya que el dióxido de azufre puede provocar una fuerte reacción alérgica, incluso provocando edema pulmonar.