El vino es una bebida alcohólica noble, cuyo uso en pequeñas cantidades es incluso bueno para la salud. Pero no siempre los estantes de las tiendas están llenos exclusivamente de bebidas de alta calidad, y algunas de ellas incluso pueden dañar su cuerpo.
Instrucciones
Paso 1
Examine la etiqueta. En primer lugar, preste atención a los datos sobre el fabricante, la dirección de la empresa, el certificado, las características del vino, su categoría. Es bueno si se especifica el año de cosecha. Esto significa que el vino no se elabora a partir de concentrados, sino de uvas naturales.
Paso 2
Confíe en fabricantes probados en el tiempo. Otra forma de elegir vino de calidad sin abrir la botella es comprar algo que se produzca con una marca conocida. Muchas empresas francesas, italianas y australianas se han establecido en el mercado hace décadas y su longevidad es una prueba del control de calidad y el cumplimiento de todos los estándares de producción de vino.
Paso 3
Después de abrir el vino, preste atención a su corcho. Oscuro con claros rastros de podredumbre u otro oscurecimiento indica que el vino no se almacenó correctamente o originalmente se taponó. Los pequeños cristales en el extremo del corcho que tocaron la bebida son aceptables. Hablan de la presencia de sales de ácido tartárico, que solo pueden aparecer en el vino natural.
Paso 4
Preste atención a las marcas en el enchufe. Los productores de vino de calidad siempre le ponen un sello o escudo, el año de cosecha y el nombre de la empresa.
Paso 5
Prueba el aroma del vino que te indicará su calidad. Un olor acre con una o dos líneas claras indica una baja calidad de vino. El olor a vinagre indicará lo mismo. Un buen vino tiene un aroma rico y variado con la inclusión paulatina de diferentes notas.
Paso 6
Vierta el vino en un vaso y agítelo un poco para que pueda ver las huellas que fluyen por las paredes. Un buen vino descenderá suavemente, sin dejar manchas desiguales, que es lo que distingue a una bebida de baja calidad.