La testosterona es una hormona sexual, es bajo su acción que se desarrollan los órganos masculinos y las características sexuales secundarias. Esta hormona proporciona energía y resistencia, promueve el desarrollo muscular, despierta el deseo sexual y crea un excelente estado de ánimo.
Estimular la producción de testosterona
La testosterona no se encuentra en los alimentos, pero hay alimentos que reducen la producción de esta hormona en el organismo, y hay alimentos que tienen un efecto beneficioso sobre su nivel.
El aumento de testosterona lo promueven principalmente los huevos, el pescado y la carne, es decir, alimentos en los que hay mucha proteína animal completa, lo cual es de gran importancia para el estado hormonal.
Los productos de la apicultura como el polen de abeja y la jalea real son anabólicos cuando se comen. La miel contiene una cantidad significativa de boro, que reduce el nivel de hormonas femeninas y aumenta la producción de hormonas masculinas. Cabe señalar que una pequeña cantidad de la hormona femenina estrógeno está presente en un cuerpo masculino sano, su nivel aumenta significativamente con la obesidad, mientras que los niveles de testosterona disminuyen significativamente.
Una variedad de verduras contienen análogos de testosterona de origen vegetal. Perejil, apio, espinacas, cebollas, rúcula, mostaza: todas estas hierbas son necesarias para la salud de los hombres.
Fresco y natural
El buen vino natural tiene una propiedad muy interesante. Inhibe la aromatasa, una enzima que convierte la testosterona en estrógeno. El vodka, el coñac y otros alcoholes fuertes contribuyen a una liberación brusca de testosterona, pero requieren un uso muy moderado, ya que en cantidades excesivas, por el contrario, reducen en gran medida el nivel de esta hormona.
Las verduras, las bayas y las frutas rojas, naranjas, amarillas y verdes son muy beneficiosas para los hombres. Contienen luteínas, que estimulan la rápida producción de hormonas masculinas. En primer lugar, esto se aplica al limón, melón, mango, calabaza, repollo, calabacín y caquis.
No se olvide de los cereales y la fibra. Todos los tipos de cereales en bruto, por ejemplo, mijo o cebada perlada, deben incluirse en la dieta diaria. Después de todo, son ellos los que promueven la activación de la circulación sanguínea en el área pélvica, y esto estimula la producción de testosterona.
Para aprovechar al máximo estos alimentos, trate de comerlos frescos y lo más crudos posible. Si es necesario un tratamiento térmico, no debe realizarse a temperaturas superiores a los setenta grados, ya que con un calentamiento más fuerte, la mayoría de las vitaminas y aminoácidos se destruyen. La excepción a esta regla es la carne, ya que debe cocinarse. Muchos animales de engorde se alimentan con hormonas femeninas para ayudarlos a ganar peso más rápido. Durante la cocción, una parte importante de estas hormonas pasa al caldo, por lo que no debe beberlo, pero la carne después de dicho procesamiento solo será más saludable.