El té verde es una bebida tónica con un sabor característico y un aroma especial. El té verde de alta calidad, si lo bebe al día no más de 5 tazas, es prácticamente incapaz de causar ningún daño al cuerpo humano. Sin embargo, el té verde fuerte representa un peligro para la salud en dosis altas.
El té verde tiene un efecto diurético. En algunas situaciones, esto puede ser útil, ya que el cuerpo se limpia y se eliminan las toxinas. Sin embargo, con un consumo excesivo de la bebida, la carga sobre los riñones aumenta significativamente. Esto puede provocar dolor, la aparición de piedras y arena. Las personas que padecen alguna patología renal deben tener mucho cuidado con el té verde.
Esta bebida aromática tonifica perfectamente, aporta energía, vigoriza muchas veces mejor que el café habitual. Debido a este efecto, no debe beber té verde por la noche, de lo contrario puede enfrentar insomnio y sobreexcitación nerviosa. La bebida de té irrita el sistema nervioso, lo que puede provocar actividad física, ansiedad excesiva, excitación e incluso provocar ataques de pánico.
Debido a la presencia de cafeína en su composición, el té verde fuerte estimula el corazón. Esto puede ser muy perjudicial para las personas que tienen problemas con este órgano. Si bebe 2-3 tazas de bebida seguidas, puede provocar una insuficiencia del ritmo cardíaco, taquicardia. En casos raros, el té verde puede causar un infarto previo. Además, esta bebida tiene una peculiaridad: las personas que son propensas a las caídas de presión, después de beber té verde, pueden enfrentar signos pronunciados de hipertensión. A menudo, después del té verde, se desarrollan dolores de cabeza, mareos y malestar general.
El consumo excesivo de la bebida durante el día puede provocar la llamada intoxicación por té. Esta condición se caracteriza nuevamente por mareos, dolor y dolores en la parte posterior de la cabeza o las sienes. Pueden aparecer náuseas.
En casos raros, la bebida puede provocar reacciones alérgicas.
Existe un daño particular del té verde para los órganos del tracto gastrointestinal. Por un lado, esta bebida ayuda a la digestión, limpia los intestinos y mejora el funcionamiento del estómago. Por otro lado, el té verde fuerte puede provocar estreñimiento y el consumo excesivo puede provocar diarrea. La bebida aumenta en gran medida la acidez del estómago, por lo tanto, las personas que padecen gastritis no deben beberla y está prohibido usarla con el estómago vacío. Si una persona se acostumbra a beber té verde con el estómago vacío, con el tiempo esto puede provocar erosión y úlcera péptica.
El té verde ejerce cierta presión sobre el hígado. No debe consumirse en combinación con café o alcohol. Está prohibido beber té verde para la resaca. Alivia la resaca durante un tiempo, pero causa daños muy graves al hígado. Los expertos tampoco recomiendan beber ningún medicamento con té verde.
Un porcentaje muy pequeño de personas padece intolerancia individual al té verde. Sin embargo, si el cuerpo humano por alguna razón no está listo para aceptar esta bebida, incluso después de una taza de té, pueden aparecer acidez estomacal, hipo y la conciencia puede nublarse.
Los médicos desaconsejan la introducción del té verde en la dieta de las mujeres durante la menstruación. Esta bebida está prohibida para personas que padecen anemia.
Incluso una persona sana no debe beber té verde frío. La bebida enfriada contiene una concentración muy alta de sustancias tóxicas que pueden causar daños graves al organismo.