La pulpa de sandía es un alimento bajo en calorías conocido por su capacidad para calmar la sed. Además, es rico en oligoelementos y vitaminas tan importantes como potasio, magnesio, ácido fólico. La presencia de pulpa de sandía en la dieta tiene un efecto beneficioso sobre el sistema cardiovascular y mejora la motilidad intestinal. Solo la sandía madura puede ser sabrosa y saludable, así que tenga cuidado al elegirla.
Sobre todo, compre sandías en el momento adecuado. Llegaron a los estantes a principios de agosto, pero no se sienta tentado a probarlos lo antes posible. Por lo general, estas sandías no están maduras o están cargadas de nitratos. La mejor época para comprar una sandía es a finales de agosto y septiembre. Es durante este período cuando las posibilidades de adquirir una fruta dulce y madura son mayores.
El lugar donde compras la sandía también es importante. Bajo ninguna circunstancia debes comprarla en los bloqueos de carreteras, porque la sandía tiene una piel porosa a través de la cual pueden penetrar bacterias y metales pesados. Lo mejor es comprarlos en tiendas o vendedores en los mercados que tienen certificado de venta. Preste atención a cómo se almacenan las sandías: no deben estar amontonadas en el suelo, sino ubicarse en un mostrador especial con una altura de al menos 20 cm.
Lo primero a tener en cuenta a la hora de elegir una sandía es su peso. Deben evitarse las frutas demasiado pequeñas o demasiado grandes. Como regla general, las sandías que pesan entre 5 y 7 kg son las más sabrosas, mientras que se aplica la regla: cuanto más grande y liviana es la fruta, más dulce es.
La madurez de una sandía se puede determinar por el estado de su cáscara. En un feto maduro, es denso y brillante. Al comprar una sandía, intente perforar su cáscara con la uña: si lo consigue, la fruta no está madura. El color de la cáscara de una sandía madura es claramente pronunciado: las rayas claras y oscuras contrastan fuertemente entre sí.
A la hora de comprar, no olvide comprobar la integridad de la cáscara: si la sandía tiene grietas o magulladuras, aumenta el riesgo de penetración de bacterias. Por la misma razón, no debe comprar frutas cortadas ni pedirle al vendedor que verifique la madurez cortando una pirámide en la base de la sandía.
Preste atención al tallo de la sandía: en una fruta madura, será amarilla y ligeramente seca. Además, una sandía madura tiene una mancha clara en el lateral, que aparece por el contacto de la fruta con el suelo durante el período de maduración. Debe ser de color amarillo brillante o naranja.
Quizás una de las formas más comunes de probar la madurez de una sandía es darle palmaditas. Al mismo tiempo, se escuchará un sonido claro y claro. Si aprieta una sandía madura con la oreja, puede escuchar un ligero crujido o crujido.
Los frutos de la sandía se dividen en "masculinos" y "femeninos", mientras que estos últimos se distinguen por una pulpa más dulce y menos semillas. Para distinguir a la "niña" del "niño", examine el fondo de la sandía: en el "macho" es convexo y tiene un círculo pequeño, en el "femenino" es plano con un círculo ancho.
Habiendo elegido una deliciosa sandía, no olvide seguir las reglas para almacenarla y comerla. Antes de cortar la fruta, asegúrese de lavarla bien con jabón y secarla. Mantenga la sandía cortada en el refrigerador. El período máximo de almacenamiento es de 3 días.