En todo el mundo, el hongo más común es el champiñón. Para la alimentación, la mayoría de las veces se cultiva artificialmente. Los champiñones se pueden preparar de diversas formas: se pueden rellenar, hervir, guisar, hornear, encurtir y salar. Y las sopas y salsas de ellos son simplemente increíbles.
Instrucciones
Paso 1
Puede almacenar hongos frescos por no más de cuatro días. Al igual que otros hongos, los champiñones no se pueden lavar con anticipación, sino solo inmediatamente antes de cocinarlos. Para preservar la frescura, los champiñones se envuelven en papel o se colocan en un recipiente de plástico y luego en el refrigerador.
Paso 2
Si los champiñones están congelados, se cocinan sin descongelar, de lo contrario se volverán negros.
Paso 3
Antes de cocinar, los champiñones se limpian bien de suciedad y escombros, luego se lavan con un chorro de agua corriente fría. No necesita remojar estos hongos porque, después de absorber el agua, se volverán acuosos e insípidos.
Paso 4
Los hongos silvestres blancos son perfectos para sopas y salsas, ya que son muy fragantes y tienen un agradable olor a hongos. Pero cuando se fríen, se secan bastante, por lo que este método de cocción no es el mejor para ellos.
Paso 5
Los champiñones blancos cultivados son muy versátiles y combinan bien con platos de verduras y carne.
Paso 6
Los champiñones tienen actividad antitumoral y antibacteriana. Su uso ayudará a reducir los niveles de colesterol en sangre y reducirá el riesgo de aterosclerosis. El ácido pantoténico que se encuentra en este hongo ayudará a reducir la fatiga.