El rábano es un cultivo de hortalizas omnipresente. Debido a la maduración temprana del rábano y la variedad de nutrientes incluidos en su composición, el uso de estos cultivos de raíces en los alimentos permite que el cuerpo le proporcione las vitaminas y minerales necesarios después del invierno.
Vitaminas y minerales en rábanos
Las raíces de rábano contienen una gran cantidad del antioxidante natural ácido ascórbico, que protege al cuerpo de virus y bacterias, aumenta la elasticidad de los vasos sanguíneos, previene el envejecimiento y mejora la absorción de hierro. Un solo manojo de esta verdura satisfará sobradamente la necesidad diaria de vitamina C. Por cierto, cuanto más brillante es el rábano, más ácido ascórbico contiene.
Las raíces de rábano también son ricas en vitaminas B (tiamina, riboflavina, piridoxina, ácido pantoténico y ácido fólico), que aseguran el curso normal de muchos procesos metabólicos, apoyan el buen funcionamiento del sistema nervioso y participan en la producción de glóbulos rojos.. Además, los rábanos contienen pequeñas cantidades de niacina, filoquinona y la colina, una sustancia parecida a las vitaminas.
Entre los minerales que componen el rábano, el potasio es el más concentrado. Este macronutriente regula el equilibrio ácido-base, elimina el exceso de líquido del cuerpo y apoya el trabajo del corazón y los músculos esqueléticos. Además de potasio, las raíces de rábano contienen calcio, magnesio, fósforo, hierro, zinc, cobre, manganeso y selenio.
No solo las raíces de rábano son comestibles, sino también sus copas, que contienen las mismas vitaminas y minerales, pero en mayor cantidad. Por lo tanto, comer puntas de rábano es una excelente prevención de la hipovitaminosis. Las hojas de rábano se pueden agregar a ensaladas, sopas, okroshka.
Propiedades útiles del rábano
Los aceites de mostaza le dan al rábano un peculiar sabor picante. Estos aceites estimulan el apetito, mejoran la digestión, promueven el vaciado intestinal oportuno, tienen un leve efecto colerético y diurético y previenen la deposición de colesterol.
Una gran cantidad de fibra contenida en las raíces de rábano normaliza los niveles de azúcar en sangre, le permite lograr rápidamente una sensación de saciedad, cura la microflora intestinal y elimina las sustancias tóxicas nocivas (sales de metales pesados, radionúclidos) del cuerpo.
El rábano también es rico en fitoncidas, sustancias biológicamente activas que inhiben el crecimiento y la reproducción de patógenos. Estos antibióticos naturales previenen la aparición de resfriados primaverales, alivian la bronquitis crónica, la faringitis y la laringitis.
Además, el rábano tiene propiedades anticancerígenas. Según una investigación médica realizada por científicos estadounidenses de la Universidad de Ohio, los pigmentos colorantes antocianinas que se encuentran en la cáscara de los tubérculos de rábano pueden ralentizar el crecimiento de células malignas.