La selectividad de los niños en la alimentación es familiar para muchos padres y tiene características similares. El niño no come alimentos saludables, pero nunca rechaza dulces, papas fritas o galletas saladas. Convencer a su bebé de que coma bien es difícil, pero posible.
Inicialmente, los padres deben ser pacientes. En relación a la alimentación, los niños son conservadores y no siempre responden con alegría a las innovaciones. Además, muchas personas encuentran que la comida sana no es muy sabrosa. Por tanto, el hecho de que un niño no coma verduras saludables no es de extrañar.
Toda la familia tendrá que comer alimentos saludables, porque si algunos de sus miembros tienen patatas fritas en el plato y otros guisantes hervidos, la idea de cambiar a una dieta sana está condenada al fracaso. La mejor manera de enseñarle a un niño a comer sano es un buen ejemplo.
En este caso, vale la pena revisar la dieta en sí. Para que el niño tenga tiempo de tener mucha hambre, no debe haber bocadillos entre comidas. El intervalo óptimo entre comidas es de al menos tres horas. Cuanta más actividad física en la vida de un bebé, mejor es su apetito. Es importante que los padres tengan suficiente fuerza de voluntad para no seguir el ejemplo del niño y no darle de comer nada si se niega a comer alimentos saludables.
Aprender nuevos alimentos debe tener un aspecto natural, sin dividir los alimentos en buenos y malos. De lo contrario, existe un gran riesgo de que, en lugar de un hábito, el niño desarrolle una aversión persistente por la comida. También debe tener en cuenta las preferencias gustativas del niño, ya que los adultos no siempre comen bien.
Cuanto menor sea la edad del niño, más fácil será acostumbrarlo a los nuevos productos. Por tanto, es necesario formar un menú saludable inmediatamente después de la introducción de los alimentos complementarios, sin esperar a la edad adulta.
La comida sana para los niños, bien servida y servida, tendrá más éxito que la comida en un plato. Esto puede ayudar a desarrollar un interés en nuevos alimentos. Además, incluso para los productos más odiados por el niño, será posible elegir métodos de cocción que no pueda rechazar.