El aceite de ajo se ha establecido como un excelente aditivo para diversos platos y productos. Se utiliza para la preparación de guarniciones, platos de verduras y carnes, adobos y salsas. Y si lo mezcla con otros aceites, puede obtener un aderezo para ensaladas sabroso. Además de su rico sabor, el aceite de ajo tiene muchos beneficios para la salud.
Los beneficios del aceite de ajo
El aceite de ajo carece prácticamente de un olor acre, pero es capaz de impartir un toque característico y un aroma picante a los platos. El beneficio se debe a su fuerte efecto antibacteriano, comparable a los antibióticos más potentes. Los expertos han descubierto que este aceite, como el propio ajo, ayuda a aumentar la resistencia del cuerpo a los resfriados y las enfermedades infecciosas. El aceite es eficaz para la bronquitis, la tuberculosis y la influenza debido a la capacidad de adelgazar y eliminar la flema, efecto broncodilatador.
El aceite de ajo es de gran importancia en los procesos metabólicos que ocurren en el cuerpo humano, y todo gracias a la presencia de azufre y aminoácidos en su composición. El azufre mantiene la estabilidad del entorno interno del cuerpo y controla el trabajo de las células de la membrana, retiene el sodio del exterior y el magnesio y el potasio en el interior.
Debido a su efecto reflejo, secretor e irritante, el aceite de ajo estimula el tracto gastrointestinal, aumenta el apetito, aumenta la secreción de bilis y jugo gástrico, suprime los procesos de putrefacción y fermentación en los intestinos. Además, las propiedades beneficiosas del aceite de ajo radican en la capacidad de crear y mantener una buena microflora en los intestinos.
Incluso en la antigüedad, los curanderos notaron las asombrosas propiedades del ajo, su aceite. Y se manifestaron en la renovación, rejuvenecimiento, restauración de los tejidos del cuerpo humano. El ajo es capaz de regular los procesos asociados a la regeneración de tejidos, abriendo y limpiando los poros, mejorando la calidad y el crecimiento del cabello.
Los fitoncidas, que forman parte del aceite de ajo, ayudan a inhibir la actividad de las enzimas tumorales, bloqueando la acción de los carcinógenos químicos. Este aceite previene los cambios ateroscleróticos en los vasos al reducir la presión arterial, expandirlos, aumentar la amplitud y mantener la frecuencia cardíaca.
Receta de aceite de ajo
Prepara aceite de ajo en casa. Para hacer esto, tome una cabeza grande de ajo, divídala en dientes, pele y pele. Corta los dientes por la mitad a lo largo. Esterilice la botella de vidrio, ponga el ajo preparado en ella. Tome cualquier aceite vegetal (lo mejor es usar aceite de oliva virgen extra para este propósito), caliéntelo en un tazón pequeño a 180 grados, luego viértalo con cuidado en una botella con ajo (no puede usar un embudo de plástico).
Selle el frasco y guárdelo en un lugar fresco durante una semana. Una vez transcurrido el tiempo, retire el frasco, vierta su contenido a través de varias capas de gasa limpia en otro recipiente esterilizado. Selle herméticamente de nuevo. Guarde el aceite de ajo cocido en el refrigerador o bodega, no lo deje a temperatura ambiente.