La sandía es una de las bayas más inusuales. Y el tamaño impresionante es bastante proporcional a las sustancias beneficiosas contenidas en la pulpa y la corteza. Habiendo madurado a mediados de agosto, la sandía se convierte en un ayudante maravilloso para cualquier organismo durante varias semanas.
¿Cómo elegir y qué hacer?
La sandía es una baya verde con rayas. La sandía correcta debe ser de color oscuro, sin áreas rojas suaves, dar un clic fuerte y tener un tallo (cola) no muy seco.
En algunos países existe una especie de sandía sin semillas. Pero es más útil con semillas, porque contienen aceites que te permiten cocinar mermelada de sandía aromática. Se infunden las cortezas de las bayas y se obtiene una excelente bebida para adelgazar. La sandía confitada se puede comer incluso con niveles altos de azúcar en sangre.
Acción tomada
El enorme contenido líquido de las sandías le permite no solo saciar la sed, sino también ayudar a estimular los riñones, obligándolos a trabajar con toda su fuerza. Además, la sandía restablece el equilibrio agua-sal, normaliza el metabolismo y satura las células con oxígeno. El ácido fólico necesario para el cuerpo también tendrá un efecto beneficioso sobre los procesos químicos del cuerpo, regulará la intensidad de la formación de sangre.
El hierro que contienen las sandías (por cierto, hay más solo en las hojas de lechuga) ayudará a hacer frente a la anemia (falta de hemoglobina). A menudo, son las mujeres embarazadas y lactantes las que necesitan dicha ayuda.
Las personas que padecen diabetes mellitus apreciaron esta baya y la introdujeron en la dieta, gracias a la fructosa digerible y la oportunidad de mimarse con el dulce "adecuado". Y la presencia de fibra en las sandías ayudará a limpiar el organismo de toxinas y toxinas, adelgazar y normalizar el estado del sistema vascular, eliminando el colesterol, que es especialmente importante cuando se detecta aterosclerosis y artritis.
El rico contenido de vitaminas (C, B2, B1, PP) está dirigido principalmente a mantener el tono general y el rejuvenecimiento del cuerpo.
La pulpa de una sandía madura reduce la acidez y alivia las exacerbaciones de la gastritis, cura el hígado. Y el uso de sandía en diversas dietas solo demuestra su efecto positivo en el estómago y la capacidad de limpiar el cuerpo. Cabe señalar que la sandía también ayuda con la hipertensión, normaliza la presión arterial.
En cosmetología
Se ha demostrado durante mucho tiempo que las mascarillas faciales hechas de pulpa y jugo de sandía tienen un efecto hidratante y reafirmante.
Muchas celebridades se cepillan los dientes con una pasta con la adición de pulpa de sandía para mejorar el efecto blanqueador.
Las semillas de sandía, trituradas y mezcladas con agua, también pueden aliviar la piel del acné, los brotes y los poros dilatados.
En muchos aspectos, el efecto positivo de la sandía en la salud y la belleza se está volviendo evidente y se utiliza en la creación de remedios populares y especiales.