Las semillas de calabaza no son tan populares como las semillas de girasol normales, pero son muy útiles para tratar diversas enfermedades. Las semillas tienen un color blanco aplanado, de forma ovalada, y en su interior está esa semilla muy verde, que es valiosa para nuestro cuerpo.
Las semillas de calabaza son verdaderos récords de contenido de hierro entre las semillas; además, son muy nutritivas y satisfacen perfectamente el hambre.
El hierro incluido en su composición se absorbe fácilmente; promueve la formación de glóbulos rojos y el suministro continuo de oxígeno al cuerpo, manteniendo el equilibrio energético y previniendo el aumento de la fatiga. Este tipo de semilla de girasol es rica en ácidos grasos esenciales omega-3, que tienen poderosas propiedades antiinflamatorias y protegen las articulaciones del daño de la actividad física intensa.
Además, las semillas de calabaza aceleran la cicatrización de heridas y abrasiones. Y se han utilizado durante mucho tiempo como un antihelmíntico eficaz y destruyen con éxito los parásitos en la vesícula biliar.
- Las semillas de calabaza son ricas en zinc, lo que mejora la función reproductiva del cuerpo.
- Las semillas de calabaza tostadas se pueden agregar a sopas y ensaladas; le dan al plato un delicioso sabor a nuez.
- Las semillas de calabaza pueden ayudar a superar las náuseas y el mareo (llévelas cuando viaje en automóvil o avión). Solo necesita romper las semillas con los dedos: se entrenan las habilidades motoras y la atención cambia.
- Las semillas de calabaza no se recomiendan para personas que tengan alergias e intolerancias individuales a los componentes que componen su composición.