Un nombre tan inusual pertenece a la fruta. La mano de Buda se refiere a los cítricos. También se le llama cidra o limón corso. La patria, por supuesto, es China. Esta fruta recibió este nombre debido al hecho de que se asocian leyendas sobre Buda. Exteriormente, este exótico parece una mano con dedos curvados. Por eso se considera sagrado. Según la leyenda, fue tocado por el propio progenitor del budismo. Por lo tanto, la cidra ha adquirido una forma tan inusual. Entonces, ¿cómo se usa esta fruta?
Instrucciones
Paso 1
Probablemente esté claro que debido a su forma inusual, la cidra prácticamente no tiene pulpa. Pero su corteza lo compensa con total. Se utiliza para hacer mermeladas, frutas confitadas e incluso mermeladas, ya que contiene una gran cantidad de vitaminas. También creo que vale la pena mencionar el olor. Es muy intenso y placentero. Ni siquiera es necesario cocinar algo de la corteza de la mano de Buda, simplemente puedes molerlo y mezclarlo con azúcar. Esta mezcla será una buena adición al té.
Paso 2
Como ya se mencionó, esta fruta contiene muchas vitaminas, a saber: vitamina C, B, además de minerales como calcio, hierro y fósforo. Desafortunadamente, la cidra fresca no es muy agradable de comer, ya que tiene un sabor amargo. Por lo tanto, antes de su uso, debe empaparse completamente en agua salada. Ayuda a deshacerse de esta amargura desagradable. La mano de Buda se agrega muy a menudo a muchas bebidas refrescantes.
Paso 3
Los aceites esenciales se elaboran con la corteza de la mano de Buda. Resultan muy ricos y aromáticos. Por cierto, esta fruta se ha utilizado durante mucho tiempo no solo para la alimentación, sino también para el tratamiento de enfermedades asociadas con los intestinos y los pulmones. Además, con la ayuda de él, se deshicieron del mareo.
Paso 4
El limón corso también se utiliza mucho en perfumería. Y todo gracias a su aroma inolvidable, que crea una sensación de pureza y frescura. Pero en Japón, la mano de Buda no solo se come, sino que también se elabora té con su ralladura. Los chinos, como ya se mencionó, consideran este fruto sagrado. Por eso, para ellos, es un talismán de buena suerte, larga vida y felicidad sin fin. Incluso hay un presagio asociado con la cidra: una mujer que come la mano de Buda ciertamente dará a luz a un niño.