El ajo es una de las plantas comestibles más antiguas, que se remonta a unos 5.000 años. Se considera un antibiótico natural fuerte que tiene un amplio espectro de acción, destruye una gran cantidad de bacterias y fortalece perfectamente el sistema inmunológico. Y estas propiedades beneficiosas del ajo se deben a su rica composición vitamínica.
Vitaminas B
El ajo contiene una gran cantidad de vitaminas del grupo B. Es especialmente rico en piridoxina (vitamina B6), que asegura la conversión de aminoácidos, favorece la absorción de grasas y participa en el metabolismo proteico. También tiene un efecto beneficioso sobre el sistema cardiovascular, la función cerebral, la condición y el crecimiento del cabello.
El ácido pantoténico (vitamina B5), también presente en el ajo, interviene en el metabolismo y es responsable de la rápida regeneración de la piel y la producción de anticuerpos. Es esta vitamina la que ayuda al cuerpo a hacer frente a los microorganismos patógenos, la inflamación y el estrés. Tampoco es sin razón conocida como vitaminas de belleza, ya que tiene un efecto indirecto sobre el peso, contribuyendo a la quema de grasa.
El ajo también contiene tiamina (vitamina B1) y riboflavina (vitamina B2). El primero regula el trabajo de los sistemas endocrino y nervioso, normaliza la actividad del sistema digestivo, participa en el metabolismo y la hematopoyesis.
Y la riboflavina promueve la renovación de los tejidos, tiene un efecto beneficioso sobre el estado de las membranas mucosas, el hígado y la piel. También participa activamente en los procesos inmunológicos, mejora la agudeza visual y tiene un efecto directo sobre el crecimiento, por lo que la vitamina B2 es especialmente necesaria para los niños. Además, la ciencia ha demostrado que una deficiencia constante de esta sustancia conduce a una reducción de la esperanza de vida.
Presente en el ajo y la llamada vitamina para mujeres embarazadas - B9 o ácido fólico. Es esta sustancia la que reduce la probabilidad de desarrollar complicaciones durante la gestación, por lo que debe incluirse en la dieta de las mujeres que están esperando un bebé. Además, la vitamina B9 tiene un efecto directo sobre la actividad de los sistemas inmunológico, circulatorio y nervioso.
Otras vitaminas
Hay mucha vitamina C en el ajo, que el cuerpo humano no puede sintetizar por sí solo. Se considera un estimulante de las glándulas endocrinas, que tiene un gran impacto en el bienestar humano y es un componente importante de los vasos sanguíneos. Además, el ácido ascórbico mejora los mecanismos de defensa del cuerpo, ayudándolo a combatir varios tipos de bacterias y virus, promueve la cicatrización de heridas y elimina los radicales libres.
El ajo también contiene niacina (vitamina PP), que reduce el colesterol malo en sangre y dilata los vasos sanguíneos pequeños. Esta sustancia es extremadamente útil para el tracto digestivo y el corazón.
Por eso es recomendable utilizar el ajo para mejorar la digestión y estimular el apetito, fortalecer los sistemas inmunológico, nervioso y cardiovascular, y combatir enfermedades de la piel. Es útil para resfriados y gripe, tuberculosis, bronquitis y asma bronquial, ayuda a combatir parásitos dañinos y eliminar toxinas.