Los plátanos son una de las culturas más antiguas, cuyos frutos comen las personas. Los plátanos maduros se consumen en todo el mundo y se utilizan en varios platos. La mayoría de las veces, estas frutas se comen porque son sabrosas y aromáticas, sin saber si el cuerpo recibe daño o se beneficia de este manjar. Lo averiguaremos.
Los plátanos son sin duda un producto saludable. Al tener un contenido bajo en calorías, satisfacen rápidamente el hambre, alivian los antojos de azúcar y ayudan a combatir la depresión.
El potasio, que se encuentra en grandes cantidades en los plátanos, tiene un efecto beneficioso sobre el sistema nervioso, fortalece el músculo cardíaco y elimina el exceso de líquido del cuerpo. El hierro regula los niveles de hemoglobina y combate bien la anemia. El manganeso y el fósforo fortalecen el tejido óseo. Además de los microelementos, el plátano también contiene vitaminas vitales. El caroteno (vitamina A) mejora la visión, mejora el tono de la piel y ayuda a que las uñas se mantengan fuertes. Las vitaminas B (B1, B2, B3, B6, B9) tienen un efecto positivo en el cerebro y el sistema nervioso, restauran y fortalecen la memoria. Las vitaminas B2 y B9 mejoran la función reproductiva, aumentan la secreción gástrica. Los plátanos contienen mucha vitamina C, que ayuda al sistema inmunológico, previene los resfriados frecuentes, previene la formación de placas de colesterol y, por tanto, ayuda en la lucha contra la aterosclerosis vascular. La vitamina E es un verdadero ayudante para la piel. Gracias a su presencia, la piel permanece elástica, de aspecto saludable y las arrugas finas se suavizan.
A pesar de los beneficios obvios, los plátanos no se recomiendan para personas propensas a reacciones alérgicas. También están prohibidos para los diabéticos, ya que el almidón que contienen los plátanos puede provocar un aumento de azúcar en sangre. El plátano en grandes cantidades es perjudicial para los bebés, puede provocar indigestión. Por cierto, comer plátanos verdes (verdes) también puede provocar indigestión en los adultos.