Un resfriado es una enfermedad desagradable, aunque no peligrosa, y puede tratarse no solo con medicinas tradicionales, sino también con remedios caseros: infusiones y tinturas que contienen vitaminas y sustancias útiles.
Los tés de hierbas se conocen por sus propiedades medicinales desde la antigüedad. Los habitantes de las ciudades modernas pueden comprar cualquier té de hierbas en las farmacias regulares o fitográficas.
Para la prevención de los resfriados, es mejor beber tés multivitamínicos de la colección de hojas y bayas de grosella negra, frambuesas, espino amarillo. El té elaborado con escaramujos y hojas es muy rico en vitamina C. Puede combinar estos ingredientes o prepararlos por separado. No se recomienda agregar azúcar a la infusión terminada, es mejor reemplazarla con miel.
Se recomienda beber tés antimicrobianos cuando el cuerpo ya tiene un resfriado o está infectado con una enfermedad. Dichos tés no ayudan contra los virus, pero su uso hace que el sistema inmunológico sea más estable y tiene un buen efecto sobre el estado de los pulmones y el sistema respiratorio. Los tés de este tipo incluyen decocciones de raíz de cálamo, tomillo (tomillo) y eucalipto. Los tés de menta, orégano y manzanilla reducen la fiebre y son diaforéticos.
Infusiones de hojas de pata de gallo, caléndula (se pueden utilizar tanto hojas como flores), orégano ayudan a combatir la tos. Una decocción de yemas de pino, que contiene fitómidos, combate la dificultad para respirar, la tos, tiene un efecto expectorante y antiinflamatorio.
Todos los tés de hierbas deben prepararse no con agua hirviendo, que mata las propiedades beneficiosas del té, sino con agua caliente de 70 a 80 grados y beberse tibia. La infusión no debe reposar más de 12 horas, ya que durante este tiempo los aceites esenciales se evaporan y las cualidades beneficiosas de la bebida se vuelven extremadamente controvertidas.