Es difícil imaginar cocinar sin sal de mesa. Este mineral también tiene un nombre más científico: halita. Esta piedra es conocida desde hace mucho tiempo por el hombre y se usa ampliamente para dar a los alimentos un sabor especial. La sal de mesa obtenida de la halita participa activamente en los procesos metabólicos del cuerpo.
La halita es la sal de mesa más común que se consume. Este valioso y útil mineral se conoce desde la antigüedad, por lo que sería incorrecto hablar de quién lo descubrió y cuándo. El hábito de consumir sal se originó hace muchos milenios y fue heredado por la humanidad moderna de ancestros lejanos. El hombre primitivo, tal vez, prestó atención a los depósitos de halita, que eran alimentados activamente por los animales del bosque.
La sal de mesa se ha convertido no solo en un atributo indispensable en la preparación de una amplia variedad de platos cotidianos, sino que también se utiliza ampliamente y con éxito para conservar los alimentos.
La halita, que está muy extendida en la naturaleza, no se encuentra en todas partes. Por lo general, los depósitos de esta sustancia se concentran en depósitos. La concentración de halita en un área determinada era un requisito previo para la competencia entre quienes buscaban controlar los territorios ricos en este recurso natural. Hubo un período en la historia de la humanidad en el que la halita era muy valorada y, a veces, incluso escaseaba.
La fuente de halita no son solo depósitos naturales. La gente ha aprendido a extraer este mineral de soluciones naturales. La sal de mesa se encuentra disuelta en las aguas de los mares y océanos, los lagos salados. Es característico que el término griego antiguo gallos, del que se originó el nombre del mineral, en un momento significó no solo sal, sino también mar. El mismo nombre "halita" se afianzó en la ciencia a mediados del siglo XIX.
Los historiadores griegos antiguos han descrito varias formas bastante sencillas de obtener sal para las necesidades del hogar. Pero hace solo dos siglos, los científicos establecieron con precisión su composición química, describieron su estructura cristalina y propiedades características. Durante el último siglo y medio, se ha ampliado la gama de métodos para extraer la sal de mesa y su posterior procesamiento, que aumenta las propiedades de consumo de la halita.
Las muestras de halita de la más alta calidad son incoloras, transparentes y tienen la forma de cristales regulares que se asemejan a un cubo. Si miras el cristal de halita de lado, puedes ver un reflejo característico comparable al del vidrio. Sin embargo, a veces el mineral puede pigmentarse. Esto se ve facilitado por pequeñas inclusiones naturales, que colorean la halita de color amarillento, gris o incluso marrón.
La halita de un tono rosado o azulado es menos común. Estos colores se deben a defectos en la estructura del mineral.
Una de las propiedades más valiosas de la halita es que se disuelve perfectamente en agua independientemente de la temperatura. Esta característica distingue la sal de mesa de otros compuestos similares y permite que la halita se separe de otras sales durante la cristalización de la sustancia a partir de salmueras naturales. El característico sabor salado, que no tiene un sabor amargo, sirve como una especie de indicador para los mamíferos, señalando la presencia de cloruro de sodio en los alimentos. Este mineral es indispensable en la dieta, ya que cumple una importante función de regulación del equilibrio de sal en el organismo, sin la cual se puede alterar el metabolismo.