Un postre maravilloso que gustará tanto a niños como a adultos. La textura delicada y ligera de las hojuelas de coco y la cáscara de chocolate hacen que estos dulces sean inolvidables.
Es necesario
- - 200 g de mantequilla;
- - 600 g de azúcar en polvo;
- - 400 g de leche condensada;
- - 400 g de copos de coco;
- - 2 g de vainillina;
- - 100 g de cacao en polvo;
- - 100 g de azúcar;
- - 20 ml de leche.
Instrucciones
Paso 1
En primer lugar, prepara la guinda con la que cubrirás el caramelo. Tome una cacerola pequeña y ponga leche y 50 g de mantequilla en ella. Calentar a fuego lento, revolviendo constantemente. Agrega el azúcar y el cacao en polvo. Revuelva el glaseado constantemente con una cuchara de madera para evitar que se queme. Cocine a fuego lento durante 15-20 minutos, hasta que comience a espesarse un poco, luego retire y deje enfriar un poco.
Paso 2
Luego prepara el relleno. Tome una taza grande de borde alto y combine la mantequilla ablandada, el azúcar glas y la leche condensada. Mezclar todo a fondo para que no queden grumos. Agregue vainillina a la mezcla y revuelva nuevamente. Coloque en el congelador durante 15 minutos para que se enfríe y espese un poco.
Paso 3
Retirar la mezcla que preparó para el relleno y agregar las hojuelas de coco en porciones pequeñas. Es mejor tomar virutas blancas. Revuelva constantemente para mantener la mezcla suave. Luego, vuelva a colocarlo en el congelador durante 30-40 minutos. Forme bolitas con la mezcla. Extienda el pergamino en una bandeja o plato plano grande. Sumerja bien cada bola en el glaseado y colóquela sobre un pergamino. Cuando todos los caramelos estén listos, puedes decorarlos ligeramente con finas tiras de chocolate blanco o leche condensada. Deje enfriar bien antes de servir.