Quizás todo el mundo haya oído hablar de los beneficios del ajo para el organismo, en la antigüedad se utilizaba para tratar enfermedades graves como el escorbuto o el cólera. Actualmente, el ajo se usa para la prevención de resfriados, para deshacerse de los gusanos, con su ayuda se salvan del dolor de muelas. El hecho de que el ajo pueda ser no solo útil, sino también dañino, será percibido por muchos con desconcierto.
Debido a la presencia de fitoncidas, el ajo tiene un efecto antimicrobiano y antibacteriano, es capaz de vencer varios virus y parásitos. Los mismos fitoncidas pueden irritar las paredes del estómago, aumentar su acidez, después de lo cual hay acidez, náuseas, dolor en el epigastrio. Las sustancias volátiles contenidas en el ajo pueden dañar no solo el estómago, sino también los intestinos, irritando sus membranas mucosas. Naturalmente, el cuerpo de cada persona es individual, pero para quienes padecen enfermedades del sistema digestivo, es mejor abstenerse de comer ajo crudo.
El jugo de ajo es capaz de eliminar las placas de colesterol, prevenir la formación de coágulos sanguíneos, diluir la sangre, todo esto habla de los indudables beneficios del ajo. Sin embargo, si consume ajo con regularidad, e incluso en grandes cantidades, puede lograr exactamente el resultado opuesto. Los fitoncidas son capaces de dispersar la sangre con demasiada rapidez, lo que provocará dolores de cabeza o mareos; en casos especialmente graves, puede comenzar taquicardia o arritmia. Para las personas que toman medicamentos anticoagulantes, el consumo de ajo debe limitarse estrictamente.
El ajo es una verdura bastante picante, e incluso si se ha consumido durante mucho tiempo y no hubo indicios de alergias, la situación puede cambiar con el tiempo, el cuerpo responderá de manera inadecuada a un exceso de fitoncidas, generalmente esto se expresa por el aparición de secreción nasal, estornudos, hinchazón de las membranas mucosas, erupción cutánea. También se han documentado alergias graves al ajo: ha habido varios casos de shock anafiláctico.
Durante mucho tiempo, el ajo se ha utilizado como antiséptico, que se utilizó para cauterizar verrugas, papilomas, erupciones de psoriasis, picaduras de insectos, pero no todos saben que el contacto del jugo de ajo con la piel humana no debe exceder los 10 minutos, de lo contrario puede sufre quemaduras graves o irritación.
El ajo tiene un radical libre llamado ion sulfonil hidroxilo, que hace que el cerebro funcione mal. Es por eso que las personas que consumen ajo sin restricciones suelen quejarse de falta de atención, letargo, distracción e incapacidad para concentrarse en algo específico. No se recomienda el uso excesivo de ajo para personas cuyo campo de actividad esté asociado a una reacción rápida: conductores, cirujanos, bomberos, etc.
Además de lo anterior, cabe señalar que el olor a ajo puede estimular el apetito, por lo que las personas que tienen sobrepeso o hacen dieta deben evitar el consumo excesivo de ajo.
No se asuste de inmediato y envíe el ajo a la basura, 2-3 dientes de ajo por día servirán para prevenir diversas enfermedades, 5-6 dientes usados diariamente pueden causar un daño significativo.