La carne es una valiosa fuente de proteínas y minerales que son esenciales para el cuerpo humano a cualquier edad. El contenido calórico de la carne varía por diferentes razones, por lo que vale la pena ejercitarse con ellas.
Variedad de carne
El contenido calórico de la carne varía de una variedad a otra. El más gordo es el cerdo, cuyo contenido calórico es de aproximadamente 270 Kcal por 100 g de producto. La carne más baja en calorías y dietética es la pechuga de pollo. Es rico en proteínas y proteínas, por lo que los nutricionistas recomiendan comer carne de pollo a las personas que practican deportes activos, así como a los levantadores de pesas.
En las llamadas tablas de calorías se presenta una descripción más detallada del valor energético de varios tipos de carne. Pero no olvides que los beneficios de comer carne no siempre están directamente relacionados con su contenido calórico. Por ejemplo, la carne de pavo y cordero, aunque es bastante grasa, es extremadamente rica en vitaminas y microelementos. Por tanto, es muy beneficioso consumirlo con moderación.
Origen anatómico de la carne
Dependiendo de las partes anatómicas de la canal de donde se extrajo la carne, puede variar significativamente en su contenido de grasa y valor energético. El principio general es que la carne de las extremidades es la menos rica en calorías, y todo lo que es "más alto" tiene una cantidad mucho mayor de grasa.
Metodo de cocinar
Cuando se cocina, la carne puede perder aproximadamente una cuarta parte de su peso original. Esto se debe a la evaporación del agua durante el tratamiento térmico. La proporción entre proteínas, grasas e hidratos de carbono no cambia mucho durante la cocción, pero el cuerpo absorberá mejor las proteínas si la carne cocida se consume en los alimentos. Por eso, los nutricionistas lo recomiendan o al vapor con verduras.
La carne frita tiene el valor energético más alto, es grasosa. Pero sus beneficios para el cuerpo son mínimos, ya que las grasas tratables con calor son más difíciles de absorber por el cuerpo, por lo que no las procesa, sino que las "almacena" en el estómago y los muslos. Los nutricionistas desaconsejan enfáticamente freír la carne, independientemente de su origen.
Nutrición animal
Cuanto más saludable y nutrido esté, más equilibrado será su valor energético. Seguro que todo el mundo ha probado alguna vez la carne de campo. Su sabor difiere significativamente de la carne similar comprada en un supermercado o tienda. Esto se debe precisamente a lo que comía el animal y al tipo de cuidados que le brindaba.
Su edad también tiene un impacto significativo en el valor energético. Cuanto más vieja es, más grasa se vuelve su carne. Las carnes grasas son buenas para guisos, chuletas, sopas y cualquier otra cosa que un nutricionista no recomiende.