Hacia mediados del verano aparecen en nuestros mercados unos deliciosos calabacines tiernos. Son tan delicados que prácticamente no necesitan tratamiento térmico. Y esta sencilla cazuela provenzal les ayudará a conservar el delicado sabor lechoso debajo de la fina corteza de queso.
Es necesario
- - 2 calabacines tiernos
- - 150 ml de leche
- - 3 huevos
- - 50 g de queso parmesano
- - 6 cucharadas. l. harina
- - un pequeño manojo de perejil
- - sal pimienta
- - albahaca seca
- - aceite de oliva
Instrucciones
Paso 1
Precalienta el horno a 200 grados. Una pequeña fuente para hornear se engrasa con aceite de oliva. Los calabacines jóvenes cortados en cubos pequeños se colocan en el formulario.
Paso 2
El perejil está finamente picado. Se toma un tazón pequeño, pero con bordes anchos, los huevos se baten ligeramente con un tenedor. A los huevos se les añade leche, un poco de albahaca y todo se mezcla bien.
Paso 3
Agrega el parmesano rallado en un rallador fino a la mezcla de leche y huevos. Todo se sala al gusto, se espolvorea con pimienta, se agrega aceite de oliva y harina y se mezcla hasta que quede suave.
Paso 4
La masa preparada se vierte en calabacín en un molde, debe distribuirse uniformemente. La forma se coloca en el horno y se hornea durante unos 40-45 minutos.
Paso 5
Retire la cazuela del horno tan pronto como su superficie esté dorada y se enfríe un poco. Puede servir la cazuela directamente sobre la mesa para que no se enfríe por más tiempo y quede fragante.