Incluso los niños saben que las verduras y las frutas son saludables, especialmente las que se cultivan por sí mismas. El tomate es una de las hortalizas que se cultiva en nuestra franja en cantidades bastante grandes.
Los tomates son 95% de agua, los otros 5 son fibra y carbohidratos complejos. Se pueden usar para preparar ensaladas, triturar jugos frescos o agregar a varios platos.
A pesar de que el tomate se considera un producto familiar y ordinario, sus beneficios son invaluables. Contiene vitaminas: A (buena para la visión), E (mejora el estado de la piel), C (fortalece el sistema inmunológico, previene el desarrollo de neoplasias malignas), B (fortalece el sistema nervioso, estimula el cerebro, mejora la memoria). De los macronutrientes, cabe destacar especialmente la presencia de hierro en los tomates (previene el desarrollo de anemia), magnesio (un relajante natural, mejora la duración y calidad del sueño) y potasio (tiene un efecto beneficioso sobre el sistema cardiovascular, fortalece el músculo cardíaco).
Los tomates tienen muy pocas calorías, alrededor de 23 kcal por 100 g, por lo que son perfectos para quienes siguen la figura o hacen un menú para un día de ayuno. Estas solanáceas son útiles para las personas con diabetes, ya que no contienen azúcares simples ni almidón.
Los tomates también contienen una gran cantidad de antioxidantes que ralentizan el proceso de envejecimiento en el cuerpo. Para las personas que sufren de adicción a la nicotina, este producto también es necesario, ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo.
A pesar de los beneficios obvios, es necesario limitar el uso de tomates para personas que padecen enfermedades del sistema digestivo, así como enfermedades renales y de la vesícula biliar.