Cada vez más, en las estanterías de tiendas y supermercados, se pueden ver botellas, frascos y cajas con las inscripciones: "Sin OGM", "No contiene organismos modificados genéticamente" o "Sin OGM". Se pueden encontrar pegatinas similares en frutas y verduras. ¿Qué son los organismos genéticamente modificados, cómo afectan a los humanos, por qué se crían y son tan aterradores como gritan los medios de comunicación?
Un OMG es una planta o un animal en el que se ha introducido en su genoma un gen de otra planta, generalmente de tipo relacionado.
Esto se hace para dar a las plantas propiedades útiles: aumento de rendimiento, resistencia a plagas, malezas o sequía, en algunos casos para mejorar el sabor.
Los alimentos genéticamente modificados se someten a pruebas de seguridad biológica y nutricional. En el territorio de la Federación de Rusia, la síntesis de productos modificados genéticamente está prohibida, pero su importación a nuestro país es gratuita. Actualmente, existen alrededor de 50 especies de plantas modificadas genéticamente, principalmente cereales, frutas y verduras.
Hablando de los beneficios de los productos modificados genéticamente, solo se pueden notar los beneficios económicos, es decir, gracias al desarrollo de los ingenieros genéticos, se puede obtener una gran cosecha de áreas pequeñas, ahorrar en herbicidas, ya que las plantas son resistentes a las plagas, hay No hay pérdida de plantas en veranos secos, etc.
Los beneficios para la salud humana son los siguientes: la ausencia de tratamientos repetidos con pesticidas reducirá el número de personas que padecen alergias y enfermedades inmunológicas.
Según los medios, el uso de productos modificados genéticamente conducirá al desarrollo de infertilidad, diversos tumores y enfermedades oncológicas debido a que los genes vegetales están insertados en nuestra cadena de ADN. Por supuesto, esto es una absoluta tontería, ya que el acervo genético humano se forma en la concepción y no cambia durante la vida. Pero estos productos siguen siendo capaces de perjudicarnos, en primer lugar, provocando alergias persistentes y alteración del funcionamiento del sistema inmunológico, ralentizando el metabolismo o provocando tolerancia a los antibióticos. Debido a que las plantas modificadas genéticamente pueden acumular herbicidas, que posteriormente ingresan al cuerpo humano, es bastante posible el deterioro de la salud, la disminución de la esperanza de vida o el desarrollo de diversas neoplasias.
Todos deciden si comprar o no productos transgénicos, pero la mayoría de los expertos independientes recomiendan encarecidamente proteger a los niños de dichos productos.