Estudios recientes muestran que las personas que a menudo comen verduras y frutas, por ejemplo, una fruta o verdura 3 veces al día, tienen menos probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares (la cifra general disminuye en un 22%) y ataques hemorrágicos (51% menos).
Curiosamente, es alentador que este hábito fuera efectivo, independientemente del estilo de vida de la persona: fumar, colesterol alto, si la persona practica educación física o no, etc.
Para las mujeres, el estudio más relevante se realizó en Harvard: 90.000 enfermeras durante 8 años. Las mujeres que comían al menos una zanahoria al día tenían un 68% menos de probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares. Una explicación podría ser la concentración de potasio en la sangre. El potasio protege el revestimiento de los vasos sanguíneos (endotelio) del daño causado por los radicales libres.
El potasio se encuentra en los carotenoides. Se trata de frutas y verduras de color naranja o amarillo: naranjas, albaricoques, zanahorias, plátanos, batatas. Y también en espinacas, remolachas, tomates, aguacates, almendras, soja, frijoles, pescado.
Los complementos vitamínicos, que se pueden añadir a diario a la dieta complementaria, también juegan un papel importante. Además, las vitaminas E y C y el ácido fólico apoyan el funcionamiento normal de las células nerviosas y protegen los vasos sanguíneos de los accidentes cerebrovasculares.
Beber té protege el cerebro. Contiene una cantidad significativa de flavonoides, sustancias que combaten la inflamación y la degeneración celular. El té negro es preferible para estos fines. Las personas que bebían un promedio de 4-5 tazas de té al día tenían una disminución del 73% en el riesgo de accidente cerebrovascular.
